Las autoridades sanitarias de Santa Lucía confirmaron este jueves que un crucero de la Iglesia de la Cienciología está en cuarentena como medida de precaución, después de que se detectara un caso de sarampión a bordo.
La máxima responsable médica de la isla, Merlene Fredericks-James, dijo a medios locales que esa medida se ha tomado "por temor a que se extienda el número de afectados" y señaló que se mantiene un diálogo permanente con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y otras agencias sanitarias internacionales sobre cuál será la mejor manera de actuar.
"Nos parece prudente la medida de poner la embarcación en cuarentena. Por ello, nadie puede bajarse del barco", indicó. "Debido a que una sola persona puede fácilmente contagiar a otra, consideramos lo más prudente no permitir a nadie que desembarque", recalcó, tras recordar que el sarampión es una enfermedad altamente contagiosa y resaltar su alta incidencia en Estados Unidos, lo que se debe, afirmó, a que muchas personas no se han vacunado.
Asimismo, aseguró que el caso de sarampión detectado está "bajo control y el paciente se encuentra estable".
A bordo de la embarcación, de acuerdo a varias fuentes, hay 300 pasajeros. El 'Freewinds', según la página web de la Iglesia de la Cienciología, que no se ha pronunciado al respecto, es un barco de 11 metros radicado en el Caribe, con puerto en Curaçao.
La incidencia del sarampión en Estados Unidos sigue creciendo y ya se han contabilizado al menos 704 casos en lo que va de 2019, la mayor cifra en veinticinco años, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que destacaron este lunes la importancia de vacunarse.
Casi tres cuartas partes de los casos corresponden a personas no vacunadas, recalcaron los CDC en una teleconferencia para dar a conocer su informe semanal sobre el sarampión, una enfermedad infecciosa que las autoridades sanitarias estadounidenses habían declarado erradicada del país en 2000.
Los responsables de los CDC instaron a la población a vacunarse y desestimaron la desinformación o la ideas erróneas sobre la seguridad de las vacunas y su presunto vínculo con el autismo. De acuerdo con los CDC, el brote actual se originó en personas no vacunadas que se infectaron en el extranjero y regresaron al país.