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Discrepancias en el Gobierno

Las diferencias y discrepancias en el seno del Gobierno se convierten en motivo del debate cotidiano

La tensa charla entre Montero e Iglesias, la última imagen que evidencia las diferencias en el Gobierno. Hacemos un repaso por todas ellas.

La tensa escena que se produjo ayer en el Congreso ente la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, evidencia las diferencias en el Gobierno. Salieron del hemiciclo y hablaron en una sala contigua, quienes fueron testigos oculares de la charla aseguran que se palpaba el desacuerdo entre ambos.

Esas fotografías son solo la plasmación gráfica de los abundantes desacuerdos internos en el gobierno de coalición, que ya se han convertido en motivo de debate cotidiano.

No ha pasado ni un año desde la firma del acuerdo que puso en pie al actual Gobierno de coalición, que se firmó con un abrazo y alabanzas entre ambos. No es que las palabras caigan en saco roto, pero con el tiempo lo mejor es no tomarlas al pie de la letra. Porque esa 'A' de abrazo, para evitar la bicefalia con 'B', y en definitiva poner en marcha la coalición, con 'C'.

Ese 'abc' de buenas intenciones ha tornado ahora en desacuerdo, discrepancia, y cierta descoordinación. Ante el choque interno en Moncloa, hay dos estrategias y Unidas Podemos airea las diferencias, por ejemplo, acusando a la vicepresidenta cuarta de no querer prohibir el corte de suministros.

Desde el PSOE, ya no solo se pide discreción, también se llama a la "prudencia". En este caso, sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional, que Yolanda Díaz reclama para corregir desigualdades "que son inaceptables".

Bien distinto es el acuerdo interno, que no lo hay y se nota. Algo que el Gobierno intenta normalizar a toda cosa: "Yo también tengo debates con compañeros de partido y con esa viveza", aseguraba Jose Luis Ábalos.

Hasta el expresidente Jose Luis Zapatero sale al rescate y dice que el Gobierno tiene buena salud porque Sánchez e Iglesias se llevan bien. La pregunta inevitable es qué pasará cuando esa sintonía no sea tan estrecha, con 'E'.