La canciller alemana, Angela Merkel, descartó tajantemente la implantación de eurobonos para resolver la crisis de la deuda en la eurozona y afirmó que no hay peligro de recesión en la economía germana.
"Los eurobonos no son la solución a la actual crisis", dijo la jefa del Gobierno alemán en una entrevista a la televisión pública ZDF. En el momento actual, la implantación de los eurobonos sería "justamente el camino equivocado" para tratar de resolver la crisis, ya que llevarían a una "unión de la deuda", no a la "estabilización de la situación", precisó.
La canciller rechazó, asimismo, que haya peligro de recesión en la economía alemana, a pesar de la ralentización del crecimiento en el segundo trimestre del año -el aumento del Producto Interior Bruto (PIB) fue de 0,1 % frente al 1,3 % del trimestre anterior.
Tanto la canciller como su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y el líder del Partido Liberal (FDP) y titular de Economía, Philipp Rösler, ratifican casi a diario su rechazo a los eurobonos (títulos de deuda europea común). Según revela el semanario 'Der Spiegel', la implantación de eurobonos acarrearía a Alemania costes de 2.500 millones de euros, sólo el primer año, y del doble en el ejercicio siguiente.
De acuerdo con ese medio, que se remite a cálculos del Ministerio de Finanzas, en diez años los costes adicionales para Alemania se situarían entre los 20.000 y los 25.000 millones de euros. La unanimidad en el rechazo a los eurobonos contrasta con las disensiones internas en las filas de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y sus socios del FDP acerca de la reforma del paraguas de rescate europeo, que el Gobierno pretende que apruebe el Parlamento el 23 de septiembre.
La canciller abordará la cuestión este lunes con la cúpula de la CDU y el martes habrá una reunión del grupo parlamentario conservador para tratar de dirimir las controversias. Desde las filas de la CDU se ha pedido insistentemente la convocatoria de un congreso extraordinario, previo a la votación parlamentaria, para abordar esa situación.
Merkel se propone realizar reuniones a escala de las delegaciones regionales y llevar el correspondiente debate al congreso regular de la CDU de noviembre, pero no quiere convocar otro con rango de extraordinario y previo a la votación del Bundestag (Parlamento).