Paco Alcácer celebra un gol con España

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Decisivo en la victoria ante Luxemburgo (0-4)

Paco Alcácer, al rescate

Venció España a Luxemburgo en un partido en el que la savia nueva se abrió paso valiéndose de un estilo de menos toque y más verticalidad y gol. Alcácer volvió a marcar y, con tres dianas en tres partidos oficiales, personifica lo que puede ser el futuro de esta nueva Selección española.

Cuesta creérselo viniendo de un país paralítico ante las crisis, pero en Luxemburgo se atisbaron indicios de reacción en una Selección española que parecía ir cuesta abajo y sin frenos contra su propio Muro de las Lamentaciones. Del Bosque escogió a De Gea, sentando a un Casillas abonado al fallo, y dispuso el once titular más joven desde que es seleccionador español. Tal vez sea esta su especial forma de hacer autocrítica. Tal vez…

De Gea estuvo correcto, seguro, sin protagonismo más allá de una mano muy oportuna, pasada la media hora de partido, tras un envío desde la banda izquierda que se iba envenenando fatalmente. Pero fue otro de los nuevos jóvenes, ‘Paquito’ Alcácer, al que habrá que empezar a llamar don Francisco, el que tiró del carro.

Alcácer marca el camino con sus goles
El delantero del Valencia sólo hizo una cosa mal en todo el partido y no es raro pensar que el error estuviera motivado por un acto de solidaridad con el equipo y, en especial, con Diego Costa: entre el chaparrón de fallos del delantero del Chelsea, sin suerte de cara a gol, Alcácer desperdició una clara ocasión, de las que no acostumbra a perdonar. “¿Ves? Todos podemos fallar…”, pareció decirle ese balón malogrado por el delantero che a Costa.

Lo de después, la historia de la vida de Paco Alcácer: el gol. Tras el tanto de Silva, al que las siempre caprichosas musas del fútbol tuvieron a bien visitar durante la primera parte, llegó el de ‘Paquito’, que se convirtió en el quinto jugador de la historia de la Selección en meter gol en sus tres primeros partidos oficiales.

Dos características le definen sobre el resto: la efectividad y el olfato goleador más sofisticado. De sanguinario a superhéroe, lo mismo apunta y dispara con el acierto de Clint Eastwood en uno de sus 'western', que se le activa el sentido arácnido en el área para estar en el momento justo, a la hora precisa. Tres tiros a puerta le han valido para hacer tres goles, tres tiros a puerta para rescatar a una España en horas bajas.

Diego Costa respira
Las rosas son rojas, el mar es azul, la vaca dice ‘muuu’ y Diego Costa hace gol, por mucho que la lógica del fútbol se empeñase en contradecir un axioma que el pichichi de la Premier ha construido a base de goles y más goles. Tras 515 minutos con la Selección española –más que cualquier otro delantero centro debutante-, mandó el balón dentro de la red. La retransmisión del partido permitió escuchar el dulce ruido del balón besando las redes; era el beso de Costa tras un violento disparo cuyo sonido decía “¡por fin!”.

Savia nueva
Antes de que sonase la campana, el partido regaló más motivos para creer en el futuro de España. Debutaron en partido oficial Bernat y Rodrigo, máximo goleador de la historia de la Sub-21, que ya no podrá jugar con Brasil, su país de nacimiento.

En asociación con Alcácer -mucho más que goles-, los dos debutantes dibujaron una jugada de quilates para que Rodrigo acabara asistiendo a Bernat, que recordará su primera vez con España de esa forma tan icónica que se sueña cuando aún no han salido los dientes: con gol.

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