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DISCAPACIDAD

Tres años encerrado en su propia casa

Las escaleras de su portal le separan de lo que debería ser una vida normal.

Pide ayuda porque no puede costearse un ascensor

Los días de Marcelo transcurren entre las paredes de su vivienda. En tres años son pocas las ocasiones en las que ha podido disfrutar de un paseo, salir a comprar el pan o ir al médico. En todas ellas ha debido recurrir a familiares o amigos para que le cojan en peso y le lleven hasta el portal. Su mayor deseo es poder hacer una vida normalizada. Sortear estos escalones que le mantienen aislado.

Un sueño que sólo se cumpliría si se instalase un ascensor o una rampa en el edificio, una obra que no puede costear. Mientras tanto toda su libertad la encuentra asomado al balcón.

Pero de conseguir acceder al portal de su casa Marcelo se encontraría con otra barrera arquitectónica, de nuevo escalones en la acera, pequeños pero insalvables para una silla de ruedas y un peligro para los muchos mayores que viven en este bloque de edificios del Barrio de la Salud en Santa Cruz de Tenerife.

Las calles aledañas tienen los mismos problemas.

Calles inaccesibles que impiden llevar a cabo una vida plena.

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