Hoy se han sentado en el banquillo, en Santa Cruz de Tenerife, los tres acusados de asesinar a a Raimundo Toledo, el empresario del sur de Tenerife que apareció en la maleta de un coche calcinado y en el fondo de un barranco. La Fiscalía pide para ellos 31 años de prisión. Ellos alegan que no cometieron el asesinato.
Es Sandra una de las acusadas por el asesinado de Raimundo. Estaba casada con el sobrino de éste, que junto a su tío, eran propietarios de la gasolinera de El Médano, en Granadilla de Abona. Se iban a separar porque, según ella, el sobrino de Raimundo tenía problemas con las drogas. Y ahí, como relata el fiscal y la acusación comenzó el entramado. Compartían comunidad matrimonial de bienes, así que Sandra junto a Alexander otro de los acusados y con el que mantenía una relación extramatrimonial, y el tercero Diego, idearon un plan para acabar con el empresario. Toda a espaldas de sus sobrino y marido de Sandra.
Hoy se ha explicado cómo presuntamente se asesinó a Raimundo. Era el 15 de diciembre de 2015. Lo secuestraron por fuera de su casa, lo golpearon repetidas veces, lo mataron y lo arrojaron por este barranco dentro de la maleta de un coche y al que prendieron fuego. La policía dio con los acusados presuntamente por una cadena de errores en la manera en que se cometió el delito. Los acusados lo niegan todo.
Este será un juicio largo, de diez días, que intentará esclarecer quién mató a Raimundo Toledo.
