Es el incendio más devastador sufrido en la isla
Para que no se repitan estas imágenes de las inundaciones que sufrió la isla de la Palma en 2013. Ocurrió tras el gran incendio de Fuencaliente que quemó casi tantas hectáreas como el de este verano. Los efectos del fuego no sólo se ven en los árboles, la ceniza es otro gran enemigo a combatir en época de lluvias.
Para evitar que esos escombros lleguen a los pueblos, los trabajos comienzan en el monte, donde nacen los barrancos. Allí los técnicos buscan las huellas del agua.
Estos muros de contención o fajinadas actúan como filtro para parar la tierra que arrastran las primeras lluvias.
Para realizarlos aprovechan todos los troncos que se quemaron, mientras de paso mantienen el monte limpio para su recuperación y para evitar más daño en posibles futuros incendios.
Varias cuadrillas trabajan día y noche para apagar los pequeños focos que todavía quedan.
Con vehículos disuasorios como éste son capaces de adentrarse casi en cualquier zona. Y Aunque a priori son pequeños focos, fáciles de controlar, en alguna ocasión un vehículo disuasorio como éste no ha sido suficiente para apagar un tronco.
Un fuego muy difícil de erradicar, por eso no se aventuran a dar una fecha para su extinción.
El incendio comenzó el pasado 3 de agosto y es ya el más devastador que ha sufrido la isla hasta el momento.
