Aquella niña feliz y tranquila que miraba con timidez a la cámara, se convirtió de la noche a la mañana en uno de los rostros más conocidos. Sara Morales, de 14 años, desaparecía sin dejar rastro cuando se dirigía desde su casa de Escaleritas a un centro comercial. Enseguida toda Canarias se volcó con la causa, con aquella mujer menuda que se abrazaba a la foto de su hija.La Policía rastreó sin resultado en barrancos y descampados. Como éste, en Jinámar, donde los esfuerzos se centraron en extraer de un pozo una bolsa con restos óseos. O éste otro, en La Paterna, siguiendo una corazonada de la propia Nieves.Más de 70 líneas de investigación, centenares de testimonios y declaraciones, más rastreos y ni una respuesta. Se cumplen seis años sin Sara y en casa de su familia viven este aniversario en silencio, a la esperar de conocer algún día qué ocurrió exactamente aquel fatídico 30 de julio.