Acostumbrado a salvar vidas, Jesús sigue hoy atendiendo llamadas, después de haber ayudado a una madre a recuperar a su bebé de tres meses, de una parada respiratoria. El bebé se había atragantado con una de las tomas y había que aplicarle la ventilación boca nariz.
No fue sencillo, no sólo por los nervios lógicos de ver a su propia hija sin respiración. La pequeña además se paró varias veces.
Cuando llegó la ambulancia medicalizada, sólo hubo que administrarle oxígeno a la niña.
Para casos similares, el 112 recomienda tratar de mantener la calma, no zarandear al bebé, ya que puede provocarle la muerte súbita y seguir las instrucciones telefónicas. Sólo así casos como éste pueden terminar en un final feliz.