A primera hora de la mañana todas las miradas se fijaban en el muelle de Santa Catalina, allí llegarían por mar los más madrugadores reyes a Las Palmas de Gran Canaria donde les esperaban miles de niños
Por el aire y con la sonrisa plena de cerca de 20 mil personas llegaron sus majestades ya por la tarde al estadio de Santa Cruz de Tenerife. En medio de un espectáculo basado en el cuento del “Mago de Oz” en el que participaron más de 1.500 personas, todo para recibir a los reyes con los que algunos pudieron incluso hablar.
Y ya por tierra, en camello, sus majestades recorrieron las calles de todas las ciudades de Canarias donde los más rezagados les hicieron sus últimas peticiones. Pero a cambio los reyes se llevan los chupetes de los que se van haciendo mayores. Acompañados por un numeroso séquito de carrozas tanto los reyes de oriente como los de cada casa hicieron de la noche del 5, la más mágica del año.
La del día de reyes es la mañana más ilusionante para los pequeños. Nerviosos y excitados, abren por fin sus regalos y desatan la alegría también de los mayores. Las tradiciones no se pierden y los niños saben bien cómo tratar a los reyes magos. Javier y sus cuatro hermanos se encuentran al pie del árbol lo que han pedido y algunas cosas más.
Para eso los reyes son magos y saben lo que les hace falta. Con Alberto han acertado. A la única niña de la familia le han traído un ordenador portátil. Ella y sus hermanos están encantados y eso que en una familia con 5 hijos para los padres no es fácil decirles qué pedir a los reyes. Con crisis o sin ella, la de reyes es siempre una mañana para alegrarse con los niños.
