Esto levantó la sospecha de los trabajadores que al ver que no volvían a por ellas llamaron inmediatamente a la policía que activó el protocolo ante una posible caso de artefacto explosivo. En menos de media hora se había desalojado toda la zona y desviado el tráfico. Finalmente todo quedó en un malentendido. Los turistas, de origen suizo, habían dejado sus bolsos en el lugar mientras iban a entregar la moto y la ropa que también era alquilada.