El aeropuerto de Gran Canaria amanecía así, con un control policial a la entrada para evitar acciones violentas. Vigilados de cerca, los piquetes cumplían estrictamente su función informativa, sin mucho éxito. Así justifican que las terminales canarias tengan el aspecto de cualquier otro día. Aunque con una diferencia.
Tal vez había menos gente que un día normal. Y es que algunas compañías han cambiado de fecha sus vuelos. Los pasajeros apenas se han visto afectados. A pesar de eso ha habido cancelaciones, aunque sólo 6 de entre las casi 500 operaciones en toda Canarias.
Una cifra que contrasta con el seguimiento casi total del que hablan algunos sindicatos. Otros, concentrados en las terminales, hablan del miedo a represalias entre los empleados.También influye la situación de cada empresa, en compañías como Iberia, con un ERE recién anunciado, hablan de un seguimiento de la huelga cercano al 80 por ciento.
