Mientras esperaban por la ayuda José y su hermana pagaron de su bolsillo una asistente para su madre con esclerosis
Solicitó la ayuda de la ley de dependencia cuando se aprobó, en 2006, en menos de un año a la madre de José la valoraron y le concedieron el grado de “gran dependiente” pero a la hora de materializar la ayuda la respuesta era siempre la misma.
Una ayuda que, como en muchos otros casos, nunca llegó.
Un proceso excesivamente burocratizado que además de no contrastar datos somete a los usuarios a una espera demasiado larga que provoca circunstancias tan poco comprensibles como ésta, centros con plazas libres mientras que una larga lista de usuarios espera poder ser atendido.
Aunque la respuesta desde los despachos de servicios sociales nada tiene que ver con la realidad de los centros.
Un cuanto antes que muchas veces llega demasiado tarde.