La pequeña fue trasladada al Materno Infantil al sentirse mal y a pesar de los esfuerzos de los médicos, falleció
Los expertos aseguran que es muy difícil detectar estas enfermedades y que podría haberse desencadenado con cualquier otra actividad, no sólo con el deporte. La incidencia en edades como ésta es de una entre 300 mil.
La bandera del colegio donde Ana estudiaba ondea hoy a media asta. Tanto profesores como alumnos tratan de superar una muerte que nadie esperaba.
Todo ocurrió en un partido de baloncesto. La niña comenzó a sentirse mal y se desplomó en plena cancha. Fue trasladada al Hospital Materno Infantil de Gran Canaria. El equipo médico pasó más de dos horas tratando de estabilizarla, pero Ana terminó falleciendo. La causa, una patología cardiaca congénita que nunca se había manifestado.
Es decir, que aunque el esfuerzo en el partido la desencadenó, podría haber sido cualquier otro tipo de actividad intensa o estresante. Los expertos inciden en que es muy difícil diagnosticar esta patología y que la probabilidad en estas edades es de una entre 300 mil.
Hoy, los compañeros de Ana se han reunido para homenajearla. Durante el fin de semana, en todas las canchas de baloncesto de las islas se ha guardado un minuto de silencio en su memoria.