Una normalidad que vuelve también a las casas que ayer se inundaban por la gran cantidad de agua caída y en tan poco tiempo.
A estos vecinos de Ravelo, en El Sauzal, el agua y el lodo les sorprendió de madrugada, la intensa lluvia arrastró la tierra de las fincas cercanas y les llenó la vivienda de barro.
Desde ayer no han parado de limpiar tierra. Lo mismo que Rogelio y su mujer. La fuerza del agua rompió una tubería a las puertas de su casa que llegó a reventar el asfalto.
Hacía más de dos años que este barranco no corría, no es de extrañar que la tierra cediera y un alud de piedras y barro cayera en la carretera. Todavía hoy la vía permanece cortada.
Aunque con menos intensidad, en la capital el agua también ocasionó destrozos. El techo de esta vivienda se vino abajo a primera hora de la tarde.
La suerte hizo que no hubiera nadie en la casa en ese momento.
