Mi punto débil fue que no supe enfrentarme a mi sexualidad
Este documento es una confesión de la monitora, pero tal vez sea tarde para sus intereses. Si hubiese hablado en el juicio, la sentencia, según fuentes jurídicas, podría haber sido menos dura. Ivonne González reconoce en la carta las prácticas sexuales."Cuando te enseñan desde tan joven que el sexo es bueno, que es normal y que se pueden tener relaciones sexuales a cualquier edad, con quien sea sin importar el sexo o la edad, llega un momento en el que no te planteas absolutamente nada."
Así explica por qué el sexo era algo normal entre los alumnos del gimnasio. Porque desde niña aprendió que la única forma de confianza y entrega era esa. Y señala directamente a Baena.
"No existía criterio alguno para los encuentros sexuales. Daba igual todo. Lo que se le ocurriese a Fernando en cada momento sin importar sexo ni edad, siempre tratando que todo pareciese normal y cotidiano."
Reconoce que ella también tenía debilidades en su adolescencia, que fueron utilizadas por el karateca.
"Mi punto débil fue que debido a mi orientación sexual no sabía cómo enfrentarme a esa edad a mis padres, al contrario que con Fernando, que me hizo creer que él era el único que me comprendía".
Como lo hizo en su alegato final, Ivonne mantiene su inocencia.
"Y quiero dejar claro que desde mi situación actual no comparto ese estilo de vida, me siento desvinculada. "