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EL TESTIMONIO DE MARÍA

“Me golpeaban hasta que salía sangre”

Pasó 6 años en la casa Cuna en los años 70, entró cuando sólo tenía 5 años.

Sólo pasó 6 años en la casa cuna pero fueron suficientes para amargarle de por vida. María entró con su hermano cuando tenía 5 años, su madre no tenía recursos para mantenerles, entonces empezó su calvario. Por hablar, por salirse de la fila o simplemente por no hacer la tarea los castigos eran diarios.
Insultos y vejaciones de todo tipo por parte de monjas y de empleadas que en su día también fueron internas de la casa cuna.
Para ella, como para las más de 200 niñas que en los años 60 vivían allí, ese trato era tan habitual que lo consideraban normal y nunca se le ocurrió contarlo, sabían que el castigo podía ser mucho más duro. María no se atrevió a hacerlo ni siquiera cuando salió definitivamente de la casa cuna.
Ahora, madura, embargada aún por la tristeza y desamparada dice estar sufriendo de nuevo la maldición de esa institución. Por un hecho puntual el cabildo le quitó la custodia de su hija, de 13 años. La historia se repite, con otros medios más sofisticados, regidos por incomprensibles leyes para una madre asegura que es la misma realidad 40 años después.

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