En el barrio de Guanarteme la familia de Antonio Quesada y Ana María Artiles vive momentos de mucho nerviosismo. Las hijas de los ancianos desaparecidos en 2012 no ha recibido ninguna llamada de la policía para saber si el hallazgo de estos cadáveres está relacionado con su caso.
Loli lleva todo el día en casa esperando una llamada. Son horas de mucha incertidumbre. Aún no se han puesto en contacto con ella, ni con sus hermanos.
Por eso se mantiene prudente. A pesar, incluso, de que las primeras informaciones apuntan a varias coincidencias con su madre: las gafas y una prótesis encontradas en uno de los cadáveres.
Lo que quiere la familia es que de una vez por todas se sepa qué pasó con Ana María y Antonio, y que se encuentre al responsable de su desaparición.
Fue en esta churrería, en el barrio de Guanarteme de la capital grancanaria donde se vio por última vez a Antonio y Ana María de 76 y 74 años. Estaban acompañados de un hombre, según testigos. Esto sucedió hace 5 años, el 6 de marzo de 2012. Aquí comenzó la angustia de sus hijos y familiares.
El día de su desaparición la pareja de ancianos llevaba dinero encima ya que ambos iban de camino a comprar un audífono para él. Tras tomar algo en la cafetería, sobre las seis de la tarde, se subieron a un coche. A partir de este momento, se les pierde la pista.
La familia ha pensado siempre que el móvil de la desaparición es el dinero. Lo que desean ahora es tener un lugar donde llorarles.
