El informe de Garrido Genovés es tajante. Después de entrevistar a 20 presuntas víctimas, afirma que los hechos de abusos narrados son creíbles. Descartando la invención de un único relato con propósito de conspiración.
Una de las bazas de la Acusación Particular es este informe, que releva aspectos sobre el perfil del principal imputado. Según este estudio Torres Baena presenta características de un agresor sexual en serie, bisexual, de personalidad narcisista. Siendo éste el agresor sexual más reincidente y peligroso, ya que considera los abusos como un privilegio para los niños.
El modus operandi de Torres Baena era casi perfecto, con una filosofía propia de una secta. El karateca seducía al menor con su prestigio, le hacía ver que podía ser alguien en el mundo del kárate si aceptaba formar parte de los elegidos. Después mostraba el sexo como fundamental para pertenecer a esa élite, lo aislaba y desprestigiaba a sus padres, consiguiendo la sumisión del alumno.
El informe también habla sobre el papel desempeñado por los otros tres monitores imputados. Según este experto los tres formaban parte activa en actividades de persuasión, coacción y abusos.
Y como consecuencia de esos abusos, este informe concluye que las víctimas exploradas padecen desde entonces serios problemas psicológicos.