El fuerte calor y la gran cantidad de gente provocaron que varias personas sufrieran golpes de calor en la propia basílica
Vivas, vítores, aplausos y también lágrimas para la virgen de Candelaria que ayer celebró su día grande.
Cientos de personas se dieron cita ayer en Candelaria, en un caluroso día que obligó a los servicios de emergencia a intervenir en varias ocasiones por golpes de calor. Los peregrinos llegaban desde bien temprano, procedentes de distintos puntos de la isla, tras realizar el camino tradicional.
Aunque los hay que han tenido que recorrer miles de kilómetros para ver a la morenita.
Porque la morenita ha marcado la vida de muchos canarios.
Con él vienen sus hermanos. Familias enteras que llenaron la basílica de la candelaria en una misa oficiada por el obispo de la diócesis y que estuvo presidida por las autoridades civiles y militares de la comunidad. A su término, la imagen recorrió las calles de la localidad acompañada de la devoción de cientos de fieles.