Es uno de los desfiles más irreverentes de la fiesta
Miles de viudas salieron anoche para despedir a la sardina que representa todo lo carnal y lo pecaminoso. Muchos municipios de las islas, pero sobre todo, Santa Cruz de Tenerife, vivieron esta despedida intensamente.
Oficialmente, acaba la fiesta. Un momento que en los carnavales de Tenerife viven así.
Lágrimas de desconsuelo porque el miércoles de ceniza hay que enterrar a la sardina y decirle adiós a la fiesta de las carnestolendas.
Y por eso nadie ha querido perdérselo.
No han faltado las viudas ricas.
Ni las que no llegaron a casarse.
Ni siquiera las que lo celebran con corona incluida.
Y acompañando al cortejo fúnebre desde los cuerpos especiales.
Hasta la iglesia.
Una sardina este año futurista que se despide, como siempre, hasta el año que viene, ardiendo en el fuego purificador.
