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TODAVÍA ME LLAMAN

“Mi adicción a las drogas me llevó a inyectar silicona en peluquerías”

Fue condenada hace 10 años por administrar silicona de manera irregular. Nos cuenta cómo lo hacía y que está arrepentida.

Ruth Alfonso, una transexual que fue condenada hace diez años por administrar silicona líquida a cientos de mujeres de forma irregular, fue una de las pacientes de esa unidad de Toxicología que ha sido cerrada. Hoy, con 60 años dice que es una mujer nueva.

Consciente del daño que hizo, y alejada del mundo de las drogas, dice que se arrepiente. Ruth no ingresó en prisión porque no tenía antecedentes. A día de hoy asegura que aún hay gente que demanda sus servicios de estética. Entre 2001 y 2002 aumentó tallas de sujetador en la trastienda de peluquerías de Gran Canaria y Lanzarote a cientos de mujeres canarias. Tras varios años en paradero desconocido en 2010 se sentó en el banquillo. Fue condenada a año y medio de prisión por delitos de lesiones e intrusismo profesional. Pero no ingresó en la cárcel al no tener antecedentes. Ahora Ruth es una mujer nueva, asegura que ha dejado el mundo de las drogas, una adicción que la llevó a inyectar silicona líquida en peluquerías.

Ahora tiene casi 60 años y su rostro delata que también ella hizo uso de la silicona que inyectaba a otras mujeres. Desea contar que se arrepiente de lo que hizo y que lleva varios años sin drogarse. Asegura que todavía hoy hay quien la llama, demandando sus servicios estéticos. No porque para ella el proceso judicial fue un calvario y ya ha pasado página.

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