LA PREVENCIÓN ES ESENCIAL

Señales de alerta para actuar antes de que el acoso llegue a producirse

Los centros educativos no sólo deben intervenir una vez surge la situación de bullying, sino que deben establecer protocolos de prevención que eviten que ocurra.

Una profesora habla con una posible víctima de bullying

El acoso escolar es un problema del que la sociedad está cada vez más concienciada. Según un estudio realizado por H&S entre más de 650 encuestados, el 70% de los jóvenes ha presenciado una situación de bullying a un compañero o amigo. Se trata, por tanto, de una lacra sistémica contra la que los centros escolares tienen el deber de actuar.

Sin embargo, algunos colegios e institutos abordan esta cuestión tan solo desde el punto de vista de la intervención, es decir, actuando después de que se produzca la situación de acoso. Los expertos en la materia suelen considerar igual o más importante el establecer medidas y protocolos de prevención que ayuden a que ningún alumno tenga que sufrir innecesariamente.

En este sentido, cobra especial importancia la figura del observador del acoso escolar. Con las herramientas adecuadas, el espectador puede ser un actor fundamental en la lucha contra el bullying, pero para ello tiene que estar alerta y saber identificar las señales adecuadas. Mediante la prevención, los centros educativos pueden conseguir que alumnos, profesores, personal no docente y familiares aúnen fuerzas y sepan actuar en el momento adecuado.

Señales a las que estar atentos

¿Dónde se sitúa la línea entre el acoso y los conflictos relacionales saludables que pueden darse entre compañeros de clase? Lucía de Francisco tiene 21 años y sufrió bullying al comenzar la ESO. Ahora colabora con H&S contando cómo fue su experiencia para concienciar sobre esta lacra: “Al principio fueron comentarios despectivos de los que tú, para encajar, te ríes. Eran bromas que escondían ataques. Quieres que te incluyan en el grupo y no sabes cómo responder. Luego fue a más: me hicieron el vacío y yo me daba cuenta. Cuando la gente no te habla o no tienes contacto con nadie, te planteas que a lo mejor hay un problema”.

Tal y como relata Lucía, a veces la dificultad para abordar este tipo de situaciones reside en que el acoso se disfraza de humor mal entendido y se exterioriza a través de mofas que derivan en avasallamiento a medida que aumenta el número de espectadores. Por este motivo, resulta fundamental que el observador rompa la dinámica perversa y entre en acción.

Una de las excusas más habituales para acosar a alguien son las alteraciones hormonales. Según el estudio de H&S, el 72% de los encuestados cree que los cambios propios de la pubertad suponen un motivo de burla entre compañeros. Juan José Andrés Lencina, dermatólogo y asesor de H&S, confirma que “los cambios que más suelen afectar a la autoestima son los más visibles, como el acné, la caspa o el exceso de vello”: “Conforme entran a la consulta, ya ves que estos niños no te miran a los ojos, que se sienten acomplejados por cosas completamente normales, que son tan naturales como crecer o respirar. Cuando les haces ver que es algo normal y que encima les puedes ayudar, es algo muy agradecido. Luego vuelven con una sonrisa, más seguros de sí mismos”.

Por si fuera poco, las nuevas tecnologías han ejercido un efecto multiplicador del acoso en las aulas. Patricia Cáceres, cofundadora y directora del área de formación y evaluación de LookSchool, empresa creadora del Protocolo para la prevención e intervención en casos de hostigamiento (‘bullying’), explica que “los chicos, cuando no había teléfonos, descansaban el fin de semana y se sentían arropados en casa, pero ahora el acoso es veinticuatro horas, siete días a la semana”.

“Con las redes sociales, el acoso es veinticuatro horas, siete días a la semana. Antes descansaban el fin de semana”

Patricia Cáceres, cofundadora de LookSchool

Las burlas constantes, el acoso en redes sociales, la expulsión de un compañero de un grupo de WhatsApp… Situaciones como estas se dan frecuentemente en las aulas y no son cosas de niños. Resulta imprescindible que los propios alumnos se involucren y observen su entorno para detectar estas señales de alarma. La experta de LookSchool considera que se puede “ver siempre una sintomatología”: “El acosado suele tener una personalidad que evita el conflicto y el acosador suele tener una personalidad más arrolladora. Aun así, no nos gusta decir que tengan un perfil claro. Nos gusta más trabajar sobre el espectador, porque nunca se ha trabajado sobre ellos y pueden pasar a la acción si les prestamos atención”.

Ramón Oria de Rueda, psicoterapeuta y socio fundador de LookSchool, añade que el bullying suele generar “señales muy características, sobre todo las psicosomáticas y la regresión”: “Los niños, sobre todo en una edad temprana, cuando pasan por un sufrimiento excesivo regresan a etapas anteriores. En el caso de los pequeñitos, pueden volver a la pérdida de control de esfínteres”.

La importancia del observador

Los expertos coinciden en que el espectador tiene la capacidad de cortar el acoso escolar de raíz. Oria de Rueda advierte de que “ser un mero observador es participar en el acoso”: “El fondo del asunto está en el observador, siempre lo ha estado. Un joven que es testigo de bullying tiene dos opciones: ponerse del lado del acosador y sumarle peso, o ponerse del lado del acosado y pasar a la acción. Cuantos más observadores hay en una situación de acoso, más sufre la víctima, y cuantos más observadores hay en esa situación de acoso, más empodera al acosador. Es absolutamente determinante que el observador pase a la acción”.

Patricia Cáceres coincide en que el espectador ha de ser la figura fundamental alrededor de la cual debe girar el sistema de prevención de los centros educativos: “Cuando en un colegio hay un protocolo puesto en marcha en el que han actuado todos los agentes del colegio, tanto alumnos, como profesores y familias están alerta a cualquier señal de acoso que pueda haber. Así pueden pasar a la acción, dar un paso adelante y ayudar al compañero o compañera”.

Niños se ríen de una compañera en un posible caso de bullying
Niños se ríen de una compañera en un posible caso de bullying | iStock

Establecer un protocolo claro y eficaz no es tarea sencilla.Por este motivo,uno de los objetivos de la campaña Stop Bullying de H&S consiste precisamente en facilitar esta labor a los centros educativos, dotándoles de herramientas para poder prevenir e intervenir ante casos de acoso. Cualquier centro puede formar parte de esta iniciativa apuntándose en este formulario. Este programa incluye formación a docentes, padres y alumnos. Además, H&S destinará parte de sus ventas a la lucha contra el acoso escolar. ¿Te apetece colaborar? Puedes hacerlo a través de este enlace.

Los centros educativos pueden y deben generar entornos saludables en los que se intervenga de manera rápida contra el acoso. Sin embargo, ninguna medida resultará del todo efectiva si el observador de bullying no se implica. Por eso, si trabajas en un colegio o instituto y alguna vez tienes conocimiento de que se estén produciendo este tipo de conductas, no mires para otro lado: pasa a la acción y da la voz de alarma.

Comparte tu testimonio y pasa a la acción

En la campaña 'Stop Bullying' de H&S y Atresmedia, tu opinión nos importa. ¿Quieres compartir cómo se vive la lucha contra el acoso escolar en tu centro educativo? ¿Has sido testigo de conductas abusivas? Cuéntanos tu experiencia escribiendo a actuaconcabeza@atresmedia.com y actúa contra el bullying.

Más información sobre el bullying en esta infografía: