España es un país acostumbrado a recibir turistas de todas las partes del mundo. Esta experiencia ha servido para calificar a los viajeros sin importar su procedencia.
La realidad muestra que los japoneses son bastante generosos con la cuenta, no suelen quejarse en exceso y son muy agradecidos.
Pero, ¿y nosotros?, ¿Cómo somos cuando nos posicionamos en el papel del viajero? Los hosteleros lo tienen claro: ruidosos, desordenados y tacaños.
Entre las actitudes más positivas conviene destacar nuestro interés por la cultura del país que visitamos y la gastronomía, no podía ser de otra manera.