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LOS ERRORES DE LOS JURADOS

Las claves de la decisión del jurado del crimen de Isabel Carrasco

La sentencia corrige la decisión del jurado popular, que consideró a Raquel Gago culpable del delito de asesinato, como a las otras dos encausadas. Ahora, el Tribunal reduce la calificación de los delitos a los de encubrimiento y tenencia ilícita de armas. No es la primera vez que los profesionales de la justicia reescriben las decisiones de los jurados.

Se equivocó. El magistrado Álvarez ha reconocido en su sentencia que la pregunta planteada al jurado del crímen de Isabel Carrasco era técnicamente incorrecta puesto que un jurado nunca debería decidir sobre la calificación de los delitos. La clave está en si Raquel Gago conocía los planes criminales de las otras dos acusadas.

Para el abogado penalista, José Carlos Velasco "la distinción básica es que ella no tenía conocimiento de que se iba a producir un asesinato y que su participación es con posterioridad y de forma espontánea. Entonces, la calificación jurídica es diferente. Por una parte, las dos condenadas por asesinato y ella por encubrimiento". Para la acusación particular, que ya anuncia un recurso a la sentencia, el error se está cometiendo ahora.

No es la primera vez que se corrige a los miembros de un jurado. De cada cinco sentencias de este tipo, una se revoca en el Tribunal Supremo.

Dolores Vázquez estuvo 17 meses en prisión por el asesinato de Rocío Wanninkhof. Una casualidad demostró que el jurado que la condenó se había equivocado. Fue Tony King, el asesino de Sonia Carabantes, el que mató a la joven en Mijas y no ella.

A Jacobo Piñeiro le pasó justo lo contrario. Primero fue absuelto del doble asesinato de dos jóvenes homosexuales en Vigo. El jurado popular concluyó que actuó en legítima defensa. Les asestó 57 puñaladas y luego incendió el piso.

Un veredicto ilógico según el Tribunal Superior de Justicia de Galicia que ordenó la repetición del juicio. Finalmente Piñeiro fue declarado culpable y cumple condena.

 

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