Khalil Rafati, fundador de SunLife Organics

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La historia de Khalil Rafati: de ser adicto a la heroína a tener una franquicia de zumos

Rafati vivía en las calles de Los Ángeles cuando estuvo a punto de morir por una sobredosis. En ese momento decidió que tenía que cambiar su vida, por lo que superó su adicción a las drogas, encontró un trabajo y abrió un centro de vivienda temporal para gente que adictos a las drogas y al alcohol en proceso de recuperación. Así comenzó la historia de superación Rafati, quien ahora regenta una franquicia de zumos.

Khalil Rafati era mendigo que vivía en la calle en un barrio de Los Ángeles y adicto a la heroína. Cuenta es su libro 'I forgot die' que cuando su vida parecía tener pocas salidas consiguió cambiarla, demostrando así que con esfuerzo cualquier cosa es posible.

En el año 2001 estuvo a punto de morir debido a una sobredosis, pero los médicos le salvaron la vida. Tras varios episodios similares, Rafati quiso cambiar el rumbo de su vida y dice que tras "tocar el fondo de los fondos, donde no podía llegar más abajo" decidió dejar las drogas, cuenta al diario The New York Times.

Una vez que consiguió superar este problema, encontró un trabajo y decidió que era el momento de ayudar a las personas que tenían problemas con las drogas. Fue entonces cuando abrió la Riviera Recovery, un lugar donde adictos a las drogas y al alcohol en proceso de recuperación viven de forma temporal.

De ese modo, Khalil comenzó a conocer de manera más específica el mundo de la alimentación y se le ocurrió comenzar a fabricar zumos para los enfermos de la Riviera Recovery para aportarles energía y comida saludable.

Los zumos comenzaron a adquirir fama y muchos vecinos de la zona de Malibú empezaron a comprarlos. Explica que "mucha gente de fuera venía a Riviera Recovery sólo para probar mis zumos. Era bastante embarazoso porque esa gente no formaba parte del programa".

Ante el éxito que consiguió, Rafati pensó que sería buena idea abrir una tienda de zumos en la zona, que ahora se ha extendido a diferentes barrios de Los Ángeles.

Lo que resulta curioso, es que consciente de su pasado, el personal de sus tiendas son personas que están saliendo del mundo de las drogas y que necesitan la misma ayuda que el buscó años atrás.

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