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GRASAS Y AZUCARES

Algunos alimentos se pueden convertir en la peor droga

El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares, como chocolate, dulces o hamburguesas, estimula los centros cerebrales del placer en el paladar.

El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares, como chocolate, dulces o hamburguesas, estimula los centros cerebrales del placer en el paladar. Un equipo de investigadores estadounidenses ha realizado un estudio y ha concluído que somos más sensibles a esas tentaciones cuando tenemos un mal día, mucho estrés o estamos bajos de ánimo.

Hay personas que son adictas y no pueden dejar de comer porque los alimentos se han convertido en su peor droga, y no lo hacen para saciar el hambre, sino para aplacar sus emociones. Se ceban aunque saben perfectamente que nos el conviene.

La principal acción del chocolate es energizante pero también puede calmar la asiedad y evitar la depresión gracias a la Feniletilamina, una sustancia que produce la misma sensación que el enamoramiento.

Lo mismo pasa con las comidas que más nos agradan, suelen ser las más grasas y con más sabor. Hay alimentos más adictivos que otros. Los hombres suelen ser más vulnerables a la carne y las mujeres al dulce, pero cualquier alimento se puede convertir en una droga cuando se pierde el control. Puede suceder incluso con la lechuga que tiene sustancias relajantes parecidas a lo opiáceos.

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