Recreación de la Tierra y los satélites lanzados alrededor

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TRES SATÉLITES LA INTEGRAN

La Agencia Espacial Europea lanza una misión para estudiar el campo magnético terrestre

El proyecto tiene como objetivo analizar el interior de la Tierra e intentar saber cómo actúa. Lo hará gracias al desarrollo de técnicas desde satélites que también servirán para cartografiar formaciones rocosas y sedimentos minerales.

La Agencia Espacial Europea (ESA) lanza el clúster de satélites Swarm, que tiene como objetivo analizar, con un nivel de detalle sin precedente, el campo magnético terrestre y su evolución. Sus hallazgos ayudarán a mejorar nuestra comprensión de lo que sucede en el interior de la Tierra y su interacción con el entorno espacial.

Los tres satélites Swarm, idénticos, serán lanzados a una órbita polar de una altitud de 490 kilómetros y llevarán a cabo el sondeo más preciso hasta la fecha del campo magnético terrestre y sus cambios.

Swarm seguirá los pasos de la novela 'Viaje al centro de la Tierra' de Julio Verne. En la actualidad, sin embargo, no siempre es necesario excavar o perforar para echar un vistazo a lo que compone el interior de la Tierra y saber cómo actúa. Gracias al desarrollo de las técnicas de teledetección desde satélites, Swarm puede alcanzar este objetivo desde su órbita.

Los campos gravitatorios y magnéticos de la Tierra ofrecen una ventana directa a cómo funciona su interior: a partir de las variaciones que experimentan estos campos en distintos momentos y lugares, los científicos pueden extraer conclusiones de los procesos dinámicos que tienen lugar en las profundidades, bajo la superficie del planeta, en su núcleo exterior.

Las mediciones en alta resolución del campo magnético que lleve a cabo Swarm también servirán para cartografiar formaciones rocosas y sedimentos magnéticos, así como para ayudar a descubrir minerales y depósitos de menas, según ha informado Astrium.

Además del campo magnético, el trío de Swarm estudiará también la atmósfera superior, que está parcialmente ionizada y es conductora de la electricidad. Las fluctuaciones en la densidad de electrones pueden dispersar las ondas de radio e interferir o bloquear las señales de navegación. La flota de satélites Swarm puede detectar las áreas que exhiben tales fenómenos. De esta forma puede también contribuir a aumentar la seguridad del transporte aéreo.

Otro gran reto es la observación de las corrientes de los océanos. El movimiento de agua salada con carga eléctrica genera un débil campo magnético. La misión Swarm debería hacer posible observar corrientes oceánicas de grandes áreas a lo largo de mayores distancias y períodos.

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