El embarazoso encuentro entre Peter Fox, Rosalinda y Beigbeder

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ENTREVISTA CON TRISTÁN ULLOA

Tristán Ulloa: "Me cautivó mucho poder trabajar un personaje tan insólito como Beigbeder"

Entrevistamos a Tristán Ulloa, actor que interpreta a Juan Luis Beigbeder en 'El tiempo entre costuras'. Nos habla del rodaje, de su personaje y de sus compañeros.

¿Cómo definirías a Juan Luis, tu personaje en ‘El tiempo entre costuras’?

Juan Luis Beigbeder era alto comisario de España en Marruecos, primer Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de Franco. Tenía más talante diplomático que militar. Amante de la cultura árabe, además de ese idioma también hablaba francés, alemán e inglés. Era un buen anfitrión y le gustaba de celebrar fiestas y cócteles a sus invitados. A pesar de su dura presencia, Beigbeder escondía un lado romántico. Su relación con Rosalinda será el principio de su final.

¿Qué fue lo que más te cautivó de él cuando te llegaron los guiones?

La posibilidad de trabajar con un personaje insólito: un hombre del régimen con un espíritu humanista. Un adelantado a su época.

¿Cómo conoce a Sira?

A Sira la conoce en la recepción que ofrece a Serrano Suñer. Ya había oído hablar muy bien de ella a Rosalinda.

¿Cómo es su relación con Rosalinda Fox?

Libre por encima de convencionalismos. No escondían su relación (siendo ambos casados) en una época en la que obviamente no existía el divorcio. Fue su relación con ella la que despertó suspicacias por parte de Serrano Suñer, su excelente relación con el eje británico en detrimento del eje alemán le costaron la destitución y el posterior destierro.

¿Cómo te viste con uniforme militar?

Muy encorsetado. El uniforme es muy rígido… y muy caluroso.

¿Cómo fue el rodaje en Marruecos?

Hermoso y caótico. Muy imprevisible, sobre todo cuando rodábamos en las calles del centro de Tetuán y Tánger. Muchos curiosos y mucho ruido y griterío por todas partes. Al mismo tiempo eso es lo que le daba encanto a esos lugares tan impredecibles.

¿Cuál es tu mejor recuerdo del rodaje?

Haber conocido y trabajado con semejante equipo, tanto el técnico como el artístico. Tenemos grandes profesionales en nuestro país y no demasiadas ocasiones para demostrarlo.

¿Te leíste antes el libro que los guiones o viceversa?

No lo leí entero. Sólo lo que respecta a la historia de mi personaje. Trabajé desde el principio sólo con los guiones. Hay que ser muy conciso cuando se recopila información, sobre todo cuando no se dispone de mucho tiempo.

Tiré más de hemeroteca y de la propia autobiografía de Rosalinda en la que hace varias referencias a Beigbeder.

¿Pensabas que se podía parecer tanto la serie al libro?

No es algo que me preocupe. Me parece bien como punto de partida, es una gran historia, pero hay un momento en que uno tiene que pensar en el trabajo que le corresponde hacer en términos absolutos para poder ser más libre.

¿Sigues en contacto con el resto de compañeros de reparto?

Con algunos más que con otros. Francesc Garrido es un gran amigo. El público ya sabe que no es la primera vez que trabajamos juntos. Al igual que con Elvira Mínguez, una de mis grandes amigas (protagonizó la película que dirigí). También veo de vez en cuando a Jimmy Shaw (Peter Fox), muy entrañable.

A los demás, aunque casi no les veo, fueron un descubrimiento muy agradable para mí, sobre todo Carlos Santos, Peter Vives (qué tipazos ambos) y, por supuesto, Adriana, una de las grandes de su generación. Llegará muy lejos, estoy seguro, aunque a estas alturas no es una predicción muy arriesgada.

¿Qué te pareció el éxito del estreno de la serie?

Sabía de su calidad, pero cuando uno se enfrenta a la audiencia nunca se sabe lo que puede pasar. Sobre todo enfrentándola a otra gran serie como Isabel. Fue una sorpresa muy grata. Creo que hay un salto cualitativo en esta serie respecto de lo que se venía haciendo hasta ahora.

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