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Alex ha vuelto a nacer tras sufrir pancreatitis en un viaje a Tailandia: "Di por hecho que iba a morir"
Este joven de 36 años viajó a más de 10.000 kilómetros de su casa y enfermó. A pesar de los intentos de ser repatriado, ha pasado 2 meses ingresado en el hospital por una infección en el páncreas, a lo que se sumó una neumonía y un paro cardíaco. Finalmente, el 21 de abril llegó a Bilbao gracias al ejército del aire.
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Alex García es un joven de 36 años que estaba viviendo el viaje de su vida en Tailandia, a 10.000 kilómetros de casa, cuando comenzó a sentirse mal. En el hospital le dijeron que tenía el páncreas infectado, algo que le mantuvo 2 meses ingresado en Bangkok, a pesar de los intentos de repatriación.
Después de un mes en el hospital, su familia consiguió que una póliza del seguro contratase a un médico para que le acompañara de vuelta a España, pero cuando estaban embarcando, el piloto le negó el vuelo porque Alex iba vomitando.
Por tanto, tuvo que volver al hospital, donde la situación empeoró al ser diagnosticado con neumonía. Además, sufrió un paro cardíaco y tuvo que ser intubado.
Su familia intenta entonces de nuevo traerlo a España, incluso contratan una ambulancia aérea privada. Todo estaba preparado, pero a Alex le faltaban 30 litros de oxígeno, por lo que no pudo volver.
La infección, además, empeoró y los antibióticos no hacían efecto. El 21 de abril, sin embargo, se obró un milagro y Alex aterrizó en Bilbao en un avión del Ejército del Aire junto a su familia y 12 médicos más.
Ingresó en la UCI en estado grave y 19 días después ha podido ver a sus hijos. En Y ahora Sonsoles hemos hablado con Alex, que acaba de salir de la UCI. "Me encuentro fuerte", ha dicho, pero lo más energía le dio fue el ver a los niños de nuevo después de 3 meses.
"Si no me recogen me quedo aquí ya, lo di por hecho"
Pilar Salvador fue la teniente coronel del ejército que se puso en contacto con él, y, tras dos intentos de repatriación, fue ella quien fue a buscarle. "Mi salvadora", ha asegurado. Con ella hemos hablado también, que se ha emocionado de escucharle. "Creo que he ganado un gran amigo", ha dicho.
Para repatriar a alguien, ha explicado la teniente, cuando llega la llamada tienen que valorar la situación y ponerse en contacto con la familia para hablar con los médicos tailandeses, algo que no fue fácil por el idioma.
"El aire es un medio hostil para los enfermos", ha dicho la teniente, por lo que hay que estudiar muy detalladamente los pormenores para dar seguridad al enfermo y, dependiendo de factores como la gravedad o la distancia, se decide cuál es el medio más idóneo.
Tienen que coordinar la parte logística pero también la sanitaria. "Me costó varios días, es muy complicado", ha dicho. Lo prepararon todo de manera muy minuciosa porque no podía fallar nada, ha explicado.
Alex, mientras estaba en Tailandia, temía que iba a morir porque tenía 40 de fiebre y no conseguían bajarla. "Si no me recogen me quedo aquí ya, lo di por hecho", ha dicho.
Hace unos días conocimos el caso de Adrián, que sufrió un ahogamiento por paro cardíaco en una piscina de Cancún cuando disfrutaba de su luna de miel. Cada día ingresado le cuesta a su familia unos 8.000 euros y ya no pueden hacer frente a la situación.
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