Superación
Sarah Almagro, campeona de surf sin manos ni pies: "Es complicado ver las cosas positivas de una amputación"
La joven deportista, de 24 años, cuenta en el plató de Espejo Público su impresionante historia de superación, los retos que ha superado y los que tiene por delante tras sufrir amputaciones en todas sus extremidades por una enfermedad.
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Cuando alguien cumple los 18 años está lleno de energía, ilusiones y espera cumplir todos sus sueños, con pocas preocupaciones y responsabilidades, que van llegando con los años. Pero en el caso de Sarah Almagro la experiencia fue distinta y se le presentó un reto de enormes proporciones.
Acudió al médico con su madre y le enviaron de vuelta a su casa, supuestamente con una gastroenteritis. Los síntomas empeoraron y su madre la llevó al hospital. La realidad que les descubrieron era muy distinta y la vida de Sara cambió para siempre, y por completo, debido a una meningitis meningocócica.
Donación de un riñón de su padre
La enfermedad de Sarah le causó graves daños en las extremidades, por lo que tuvieron que amputarle parte de ambos brazos así como de las piernas. Eso no fue más que el principio. Su vida llegó a correr serio peligro y previnieron a sus padres de que podrían tener que verse en la tesitura de despedirse de su hija. Pero con todo eso, el calvario de la familia no terminaba ahí. Un año después de sobrevivir a la meningitis, Sarah sufrió un fallo multiorgánico que hizo que su padre tuviera que donarle un riñón para salvar su vida.
Después de una larga recuperación, la joven se tomó a broma cuando le propusieron practicar algún deporte, pensando que se reían de ella, pero un día en la playa le convencieron para probar surf adaptado, lo que volvió a cambiar su existencia. Ahora, con 24 años, Sarah cuenta con un gran palmarés a su espalda, campeona de España, de Europa y del Mundo. Con el sueño de acudir a unos Juegos Paralímpicos paralimpiadas para luchar, esta vez no por su vida, sino por el oro.
"Yo iba a ser una inútil"
La deportista asegura que el apoyo de su familia y amigos ha resultado esencial en la superación del reto al que se enfrentó. Nada le hacía imaginarse en el hospital cuando le comunicaron que tenía una meningitis meningocócica le llevaría al calvario que pasó: "No sabía que eso iba a derivar en la amputación de mis manos y mis pies".
Posiblemente fruto de la frustración que sentía la joven, reconoce que llegó a decirle a su madre que "iba a ser una inútil, una dependiente".
Cambio de actitud
Como admite Sarah, fueron varias frases de sus padres las que lograron que se replanteara las cosas. El padre le dijo que "necesitaban una sonrisa para venir a visitarme. No la sonrisa literal de la cara, sino el ver las cosas positivas de la vida", y añade: "Es complicado ver las cosas positivas de una amputación, porque es verdad que yo estoy agradecida de estar viva, no de esta situación".
Por su parte la madre, ante la negatividad que invadía a Sarah, le mencionó al reconocidísimo físico teórico y astrofísico de nuestro tiempo: "'Sarah, ¿era Stephen Hawkin un inútil?', lo entendí", afirmaba la joven.
Dificultades diarias
Las prótesis con las que carga Sarah diariamente, como explica ella "Un kilo y medio cada una, y los pies dos y medio [...] Es bastante". 8 kilos de un carísimo 'lastre' que facilita tremendamente su vida. Los obstáculos que enfrenta la joven frecuentemente son muchos más, mencionando las barreras arquitectónicas, y subraya que "incluso la sociedad, por mucho que vaya de 'progres', no lo es. Me he encontrado en situaciones que... ¡jolín!", y sentencia: "Está muy bien, la inclusión, pero no es verdadera".
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"Mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucho ejercicio"
Sarah Almagro cuenta su experiencia, y lo que le costó llegar a donde está ahora después de verse postrada un año y medio en una silla de ruedas: "Tras ese tiempo hay mucho trabajo, mucho esfuerzo, mucho ejercicio. El primer día que consigo ponerme de pie y andar 8 veces las barras paralelas... ¡Bueno!".
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