Encrucijada legal

La mujer que denuncia por maltrato a su expareja transexual: "Quería tocarme en la ducha y se me tiraba encima"

Denunció a su expareja por maltrato con la sorpresa de que cuando los Mossos intentaron localizar al denunciado este no existía al haberse cambiado de género y ser ahora una mujer. La víctima se siente sola ante la ley.

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Una mujer denuncia sentirse desamparada tras haber denunciado por maltrato a su pareja y que esta no pueda ser juzgada al haber cambiado de sexo. La denunciante cuenta que en un momento de la relación empezó a detectar un cambio de comportamiento en su pareja. Este empezó a usar prendas íntimas femeninas. En un principio lo interpreta como un tipo de fetichismo pero el hombre le dice que quiere cambiar de género a mujer. Ella le dice que le acompaña como amiga en ese proceso pero su compañero no se lo toma bien y comienzan abusos y agresiones.

Cuando se activa la denuncia por maltrato los Mossos no pueden cursar la denuncia ya que él se ha hecho un cambio de género y es imposible iniciar el procedimiento porque la persona denunciada había desaparecido. Asimismo, la denunciante no puede acogerse a ningún programa de ayuda a víctimas de violencia de género al carecer de esa consideración.

"Cuando yo me estaba duchando me abría la cortina y quería tocarme y se me tiraba encima. Una amenaza que me hizo fue decirme que me iba a poner hormonas mientras estaba durmiendo"

Cuenta la víctima que se conocieron en 2011 y se fueron a vivir juntos. Lo que parecía una relación normal cambió cuando él decidió hormonarse. Ella le dijo que podía ser su amiga y apoyarle en ese proceso pero no su pareja. En casa siempre estaba vestido de hombre y es cuando sale cuando se viste de mujer. "No me gustan las mujeres y yo no tenía que mantener una relación con ella", señala.

Este hombre decía a su pareja que se sentía mujer pero le gustaban las mujeres. "Cuando yo me estaba duchando me abría la cortina y quería tocarme y se me tiraba encima. Una amenaza que me hizo fue decirme que me iba a poner hormonas mientras estaba durmiendo", revela.

La denunciante sigue viviendo en la casa del presunto agresor encerrada en una habitación al carecer de recursos económicos

Esta mujer se siente sola y desamparada ya que su carencia económica le obliga a vivir en la misma casa que su agresor encerrada en una habitación. "Soy pensionistas no contributiva y no tengo otro sitio a dónde ir", lamenta.

Nuria González es asesora jurídica de la denunciante. Apunta que en el caso del denunciado lo que cambia el sexo registral, "el género son unas suposiciones sociales". Con la ley actual puede existir una ficción jurídica y que las personas cambien su sexo registral solo con un informe psicológico o haber demostrado que llevan un tiempo con la intención de cambiar el sexo registral, mantiene. Añade además que durante el tratamiento que mantuvo el hombre con el servicio público de salud jamás le dio un diagnóstico de transexualidad.

"Lo importante es que es un caso de violencia machista de un hombre que ha estado 60 años socializado como varón y que la víctima no tiene derecho a ayudas y protección que estipula la ley como una casa de acogida que le permitiera salir de la casa que comparte con esta persona. No tiene dinero para salir de esta casa", explica.

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