Abusos sexuales
El miedo de Ana por la libertad de su violador, su padre: "Hasta que conseguí una grabación nadie me creyó"
La mujer fue víctima de abusos durante casi 15 años por parte de su padre. Denuncia indefensión y abandono de las personas en su situación, que tienen que demostrar las agresiones que sufren.
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La mujer cuenta cómo desde los 3 a los 17 años fue víctima de constantes violaciones. No fue hasta que cumplió los 31 cuando reunió el valor suficiente para contar lo ocurrido. Ana relató entonces a su tío, lo que había vivido prácticamente desde que tuvo uso de razón, hasta que estuvo a las puertas de la mayoría de edad.
Desde que se decidió a interponer una denuncia contra su agresor, pasaron largos 4 años hasta que el hombre fue condenado a 8 años. Actualmente han pasado siete años del ingreso en la cárcel del agresor, que será puesto en libertad en 48 horas.
Uno de los detalles de este caso, quizás el más doloroso, es que el responsable de las agresiones físicas, abusos sexuales y violaciones durante casi una década y media, no sería otra persona más que el propio padre de Ana.
"Mi agresor era mi propio padre, las agresiones sexuales fueron desde los 3, 4 años, hasta casi cumplir la mayoría de edad"
Mientras van camino de cumplirse cuatro décadas desde que comenzaran los abusos, Ana explica cómo ya en sus dibujos de niñez manifestó el infierno que estaba viviendo, mediante el dibujo de monstruos, demonios o formas sexuales.
Ana pasó prácticamente toda su infancia y adolescencia sufriendo violaciones, abusos, agresiones, viviendo sometida con engaños, amenazada y con miedos. Todo lo que sufrió la mujer por parte de su padre le provocó un Trastorno de Estrés Postraumático.
Lo más duro
Ana expone cómo trató de poner en conocimiento de las autoridades todas las barbaridades que habría cometido su padre, pero cómo desde el primer momento encontró obstáculos, empezando porque su madre, pensando que era fruto de una mala relación, no creyó el relato de Ana: "Intenté denunciar con 15 años, fui a la jefatura de la Policía Nacional de Oviedo. Ni la Policía ni mi familia me creyeron. Eso trajo consigo más palizas, agresiones y abusos."
Durante largos años tan solo contó con el apoyo de sus amigas, lo que llevo a Ana, según afirma, a tener "ideas suicidas" por las que acudía al psicólogo.
Las pruebas
Ana continúa exponiendo cómo la situación empeoró y se alargó en el tiempo, teniendo que ser ella misma la que tomara medidas. Hasta que la joven no logró una grabación telefónica en la que el padre "dice absolutamente de todo y pide perdón, etc. No tenía forma de demostrar, nadie me creía".
"Miedo por mis hijos"
Ante la inminente puesta en libertad de su padre este miércoles, Ana reconoce que su preocupación se centra ahora en sus hijos porque asegura no disponer de una orden de alejamiento que impida que el abuelo de los niños se acerque a ellos.
"Puede acercarse a mi hijo o a mi hija en el cole o el instituto"
Ana asegura encontrarse "nerviosa, con pesadillas, agitada y con taquicardias", y aclara que pese a que su madre no la creyó en un primer momento, después sí que lo hizo y asumió los gastos del proceso judicial que llevó al hombre a prisión.
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"Creo que mis hermanos también lo sufrieron y que hay más personas. Normalmente cuando hay un agresor sexual, no agrede sólo a una víctima", sentencia Ana.
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