Agresor desaparecido
La desesperación de Eva, su agresor se salta todas las medidas: "Entró en mi domicilio e intentó matarme"
Eva Afonso está viviendo un auténtico infierno después de que su expareja le disparase dos veces. Él está libre a la espera de juicio y tiene una orden de alejamiento.
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Su expareja está acusado de disparar en dos ocasiones contra ella y desde aquel momento la mujer vive con miedo debido a que su agresor está en la calle actualmente, casi seis años después de la primera agresión.
Hasta que tenga lugar el juicio por los hechos, la expareja de Eva tiene una orden de alejamiento de la mujer, y tiene instalado un mecanismo de rastreo. Aun así, el individuo ha estado ilocalizable durante 15 días.
El pasado 28 de Diciembre el dispositivo de rastreo de proximidad que tiene Eva comenzó a sonar, el supuesto agresor estaba ilocalizable y el aparato avisaba a la mujer.
Eva narra cómo en diciembre del año 2018 su expareja habría atentado contra su vida, pese ha haberse dictado una orden de alejamiento el agosto anterior. Posteriormente, según cuenta la mujer: "La misma persona entró en mi domicilio e intentó matarme".
6 años después, sin juicio
Tras esos hechos el individuo en cuestión fue enviado a prisión dos años, tras los cuales fue puesto en libertad provisional con una serie de medidas de control telemático y de alejamiento. El hombre llevaría puesto un dispositivo de localización, no tiene permitida la entrada en la provincia de Pontevedra, y además no puede acercarse a la mujer a menos de 500 metros, con la que tampoco puede ponerse en contacto a través de ningún medio.
Pese a esa cantidad de medidas, que deberían garantizar la seguridad e integridad de Eva, ésta denuncia que "bueno, pues todas esas condiciones, las ha incumplido todas".
15 días desaparecido
A las 8:30 de la mañana del 28 de diciembre de 2023 Eva recibió una llamada que la advertía que el supuesto agresor estaría "separado del dispositivo". Tras esperar 2 horas, que separarían los domicilios de ambos, y no haber cambios, la inquietud de Eva iba en aumento. Después de que la Guardia Civil fuera puesta sobre aviso y que no pudiera localizarle, la inquietud se fue transformando en temor y llevó a activar el protocolo de protección a la mujer.
La separación de la pulsera que lleva puesta el hombre con el dispositivo al que se conecta hizo, que durante 15 días, el miedo se apoderase de Eva, que temía por su vida.
"Si me pasaba algo ya sabíamos de quién era la culpa"
Al tratar de obtener más información sobre la situación de su seguridad, Eva llamó a los juzgados y para su sorpresa, no tenían ningúna información a cerca de estos últimos acontecimientos. La mujer denuncia que "la empresa que gestiona el dispositivo no había comunicado aún al juzgado que este señor no estaba desaparecido".
Eva asegura que hasta el día 11 de enero no pudo tener algo de tranquilidad, no por que nadie le avisara de algo, sino porque el dispositivo mostró un mensaje anunciando que la pulsera volvía a tener conexión con el localizador GPS.
A posteriori, la víctima pudo conocer que pese a todo lo ocurrido, los hechos no tuvieron ningún tipo de consecuencia ni reproche para el hombre. Después de colocarle una pulsera nueva "lo mandaron para su casa", asegura Eva.
No es una excepción
Al denunciar públicamente los hechos, Eva ha podido conocer testimonios de mujeres de toda España que sufren situaciones muy similares a las que describe ella.
El periodista, Luis Fernando Durán, cuenta cómo además, en muchos casos a las personas que incumplen las medidas apenas se les imponen otras sanciones más allá de alguna multa. Durán afirma rotundamente que la empresa gestora de los dispositivos es responsable y tiene el deber de dar aviso a los juzgados correspondientes de cualquier incidencia de este tipo.
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