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'El secreto de Feriha': Cagatay Ulusoy y otras razones para no perderse la nueva telenovela de Nova

Si 2018 fue el año de Engin Akyüreken Nova al estar doce meses consecutivos en pantallacon 'Fatmagül' y 'Amor de contrabando', 2019 parece ser el año deCansu Dere, que triunfa con 'Sila' y 'Madre'. Sin embargo, Cagatay Ulusoy parece querer también su parte de protagonismo y hará doblete con 'Medcezir' y ahora con 'El secreto de Feriha'. Pero hay más razones para no perderse esta historia.

Cagatay Ulusoy, protagonista de 'El secreto de Feriha'

Cagatay Ulusoy, protagonista de 'El secreto de Feriha'Nova

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Algo más que la hija del portero

Hazal Kaya interpreta en'El secreto de Feriha' a la gran protagonista de esta historia: la hija del portero, perdón, Feriha. ¿Quién es Feriha? Pues, además, de ser la hija del portero (porque por mucho que le pese es así) es una joven que tiene el don de la la inteligencia y esa inteligencia consigue que, por méritos propios, entre en una prestigiosa universidad.

Y precisamente ese desembarco en el ambiente universitario marca el inicio de su particular doble vida. En su casa sigue siendo la Feriha de siempre. La hija hacendosa que ayuda a sus padres. En la universidad, sin embargo, es otra Feriha, o, al menos, lo aparenta.

Feriha tenía dos opciones al llegar a la universidad. Podría sacar su orgullo de clase y defender sus orígenes. Sí, es la hija de un portero. Sí, su ropa está pasada de moda. Sí, su teléfono móvil está descatalogado. Sí, viaja en autobús. Pero está en el mismo lugar que ese grupo de privilegiados con apellidos rimbombantes, vestidos con diseños exclusivos, coches relucientes y teléfonos de última generación. Feriha está ahí porque merece estar ahí por méritos propios, al margen del lugar del que haya salido y la condiciones de vida de su familia.

Hazal Kaya como Feriha
Hazal Kaya como Feriha | Nova

Sin embargo, Feriha opta por otro camino. No quiere ser la "diferente", pero esa opción tiene un alto precio y es posible que lo pague caro. Prefiere mimetizarse con su entorno y empieza a hacerlo con una pequeña mentira (mi móvil está reparándose), pero a partir de ahí siguen una detrás de otra.

Sostener una mentira requiere un gran esfuerzo, pero mantener toda una sarta de ellas implica una gran concentración porque hay que darle unidad y coherencia a la historia que estás creando. Decir una mentira puede resultar fácil pero mantenerlas a lo largo del tiempo y en un círculo cerrado no parece sencillo.

Así, una primera mentira insignificante fue la primera de una vorágine que no sabemos muy bien dónde terminará. Porque, además, esas mentiras que lanza en la universidad también repercuten en su casa. En un sitio se avergüenza de ser la hija del portero y en el otro se avergüenza de avergonzarse de eso mismo.

Son muchas las preguntas que nos provoca Feriha. ¿Hasta dónde llegará con sus mentiras? ¿Sabrá hilvanar un discurso coherente a base de falsedades? ¿Cuánto tardarán en descubrirse? ¿Tendrá aliados que la ayuden a mantener su secreto? ¿Quién será el primero en revelar su verdadera identidad?

Emir, el príncipe azul

En esta ocasión Cagatay Ulusoy interpreta a Emir, el joven heredero de un millonario empresario, que, además, es el más popular de la universidad (y de las revistas del corazón) y todo un conquistador. Dicho en pocas palabras, si esto fuera una serie americana, Emir sería el rey de baile en todos los bailes de fin de curso de todos los cursos habidos y por haber.

Y, claro, como marcan los cánones del género, ese príncipe azul de manual se encontró accidentalmente (en sentido figurado y literal) con su particular cenicienta. Solo que esta vez en lugar de ir sobre un magnífico caballo blanco iba dentro de un carísimo coche negro. Y ya ha quedado intrigado por esa muchacha a la que nunca antes había visto, de la nadie antes había oído hablar y que no cae rendida a sus pies a la primera mirada.

A Emir le intriga Feriha, pero él también nos intriga a nosotros. Nos lo han vendido como un don juan, que vive despreocupadamente gracias al dinero de su familia, que sólo se relaciona con aquellos con una saneada cuenta corriente y un mejor apellido, que sale con actrices y modelos y que no se digna a mirar de frente a los comunes mortales. Sin embargo, su actitud con Feriha nos habla de otra persona. De un hombre educado, caballeroso, atento, que se preocupa por reparar, en la medida de lo posible, sus malas acciones.

Parece claro que Emir está interesado en Feriha, pero la duda está en si ese interés se mantendrá cuando descubra las inmensas diferencias sociales y económicas que los separan. A Emir ni siquiera se le pasa por la cabeza que esa muchacha que rechaza una y otra vez sus atenciones no forme parte de su particular círculo social. ¿Cómo reaccionará cuándo sepa que es hija de un portero? ¿Mantendrá su interés o la rechazará por sentirse engañado?

Al margen de eso, es interesante ver a Cagatay Ulusoy en un papel tan opuesto al Yaman de Medcezir con el que lo conocimos. Yaman es un muchacho de barrio que intenta encajar en el mundo de los ricos y Emir es el millonario que, sin saberlo aún, acabará inmerso en el mundo de los menos privilegiados. Es curioso, además, ver la diferente forma en que Yaman y Feriha han enfocado su integración en el ambiente de los poderosos. Uno nunca ocultó su origen. La otra se esfuerza por esconderlo.

Presiones familiares

Feriha no sólo debe soportar la presión de sostener su castillo de mentiras en la universidad, sino que también debe resistir la presión que existe en su casa.

Por un lado, está su madre, que ha volcado todos sus sueños frustrados en su hija. Zehra hará todo lo que esté en su mano por conseguir que su hija un día mire desde lo más alto y no para limpiar cristales. Quiere evitar a toda costa que Feriha comparta su destino habitacional, social y económico. Quiere que su hija sea alguien. Quiere que su hija no se destroce las manos fregando. Visto así, ¿será cómplice de su hija en sus mentiras o le recriminará avergonzarse de los suyos?

Por cierto, si cada domingo Vahice Perçin nos convence como Gönul en 'Madre', Zehra también parece que será un personaje fundamental para Feriha porque va a intentar por todos los medios que nadie impida que cumpla sus sueños.

Por otro lado, está su padre, que se ha quedado anclado en tiempos pasados y sólo aspira a que la vida siga tal cual está sin sobresaltos. Seguro que Riza está orgulloso de su hija, pero también parece evidente que no cree que la universidad sea el mejor lugar para Feriha. Probablemente él estaría mucho más tranquilo y sería mucho más feliz si su hija estuviese preparando su ajuar para casarse en vez de estar estudiando. ¿También sería tan crítico si fuera Mehmet el universitario? ¿También se presentaría en la facultad si fuese su hijo el que no contestase el teléfono?

Si bien su madre parece dispuesta a casi todo por apoyar a su hija, Riza va a ser un muro con el que Feriha se va a topar una y otra vez. Por no hablar de ese hermano que parece disfrutar echando por tierra sus ilusiones. ¿Serán celos?

Y si en casa puede tener problemas, en la universidad tampoco va a tener un camino de rosas. Hande parece tener enfilada ya a esa desconocida que ha conseguido captar la atención de su objeto de deseo.

Feriha está tejiendo una tela de araña cada vez más espesa y compacta. Nosotros sabemos quién es. Feriha es alguien. Feriha es la hija del portero. Feriha es una brillante estudiante. Feriha tiene un futuro prometedor. Feriha es una mentirosa. Todas y cada una de esas frases definen a Feriha, pero lo complicado es decir cuál es la descripción más exacta. ¿Con qué Feriha nos quedamos? ¿Con la hija del portero? ¿Con la brillante estudiante? ¿Con la mentirosa?

Habrá que seguir conociéndola para ver cuál de esas características se ajusta más a la realidad. Y entonces decidiremos si la ayudamos a mantener las apariencias o si somos los primeros en revelar el secreto de Feriha.

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