Cansu Dere y Melis Sezen, de la enemistad en 'Infiel' a su gran amistad de vacaciones juntas

La última vez que vimos a Cansu Dere y Melis Sezen junto al mar fue en una icónica escena de 'Infiel'en un acantilado donde la doctora Yilmaz logró evitar que la heredera Güçül acabase con su vida.

Ahora, volvemos a verlas junto al mar, pero en esta ocasión la tensión ha dado paso a la diversión, las lágrimas han dado paso a las risas y la enemistad entre Asya y Derin ha sido sustituida por la amistad entre Cansu Dere y Melis Sezen.

Las dos actrices han estado de vacaciones juntas disfrutando del sol, la playa, el mar y su tiempo libre en Miami y así lo han mostrado en sus redes sociales. Con este encuentro demuestran la buena sintonía que existe entre ambas, algo que ya habían dejado claro a lo largo del rodaje de 'Infiel' cuando era habitual que compartiesen imágenes de su relación detrás de las cámaras.

Justo lo contrario que ocurría cada vez que las cámaras comenzaban a grabar porque la relación entre Asya y Derin ha sido de todo menos amistosa.

Una relación tormentosa

En un principio eran dos desconocidas. Asya ni se imaginaba la existencia de Derin mientras vivía en su pequeño paraíso familiar con aroma a rosas blancas y, aunque Derin sí sabía que existía Asya, no tenía ni la menor idea de cómo era en realidad la doctora. O quizá sería más correcto decir que tenía una percepción equivocada.

Para Derin, Asya era una mujer fría que hacía infeliz a Volkan y que, al mismo tiempo, se negaba a aceptar que su matrimonio había llegado a su fin. Dicho de otro modo, Derin solo conocía a Asya en base a la tergiversada descripción que había hecho Volkan de su esposa.

Una vez que ambas se vieron las caras sabiendo quién era cada una, volvieron a estar en diferente sintonía. Asya reaccionó con indiferencia ante Derin para centrar toda su rabia en quien la había traicionado, que era su marido. Sin embargo, Derin se alió con Volkan para intentar darle la vuelta a la situación y convertir a Asya en la culpable de una situación insostenible.

Tal era la tensión en ese triángulo sentimental, que la única solución posible fue el exilio para el nuevo matrimonio. Pero ninguno de los dos asumió su derrota y regresaron con muchos humos y muy malas intenciones.

Volkan lanzó toda su artillería contra su ex esposa. Decía que su objetivo era hacerla sufrir, pero la realidad era otra muy distinta. Solo buscaba una y mil excusas para reencontrarse con la que aún consideraba su mujer y, si fuera posible, reconquistarla.

Mientras, Derin volvía a equivocarse una y otra vez. Incapaz de ver la manipulación de la que era víctima por parte de su marido, centró toda su ira en Asya y la culpó de todas y cada una de las discusiones y de todos y cada uno de los problemas que tenía en su matrimonio.

Y fue esa ceguera de Derin la que despertó la ira de una Asya incapaz de perdonar las continuas intromisiones en su vida personal, profesional y hasta íntima. Asya solo quería seguir adelante sin mirar atrás, pero Derin (y muchos otros) no eran capaces de ver que la doctora no era la causa de sus problemas.

Porque, aunque Derin cometió una sucesión casi infinita de errores, no podemos perder de vista que ella misma era también víctima de una situación prefabricada por Volkan, para quien era mucho más cómodo que sus mujeres se odiaran a que se sentaran a hablar y comprendieran que él solo pretendía conservar su posición de macho alfa.

Así, solo cuando Derin comprendió que había vida más allá de Volkan, que había felicidad sin Volkan, solo entonces pudo entender que Asya no era su enemiga.

No sabemos si Asya y Derin fueron capaces de tomarse un té como buenas amigas, pero al menos sí tenemos claro que sus actrices Cansu Dere y Melis Sezen conservan una excelente relación más allá de su vínculo laboral. Algo que, por cierto, nos hace admirar aún más el gran trabajo que hicieron estas dos grandes actrices que nos convencieron de la profunda animadversión de sus personajes cuando, en realidad, existía una excelente sintonía entre las dos personas.

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