TE LO EXPLICAMOS

Por qué nos entran ganas de morder cosas monas

Existen estudios científicos que explican por qué cuando ves algo mono tiendes a estrujarlo, abrazarlo y morderlo. Debes saber que se trata de un instinto conocido como agresividad tierna.

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¿Cada vez que ves un bebé, un cachorrillo o alguien que quieres demasiado te entran ganas de morderlo? No te preocupes, porque es algo muy común, ya que la mayoría de las personas cuando ven a una criatura, que les despierta mucha ternura, tienen la necesidad de apretarlo, abrazarlo, pellizcarlo y sobre todo morderlo. Por esta razón, en muchas ocasiones cada vez que ves a un bebé quieres pellizcarle las mejillas.

Esto se debe principalmente a un instinto que tienen todos los seres humanos conocido como agresividad tierna, que provoca ganas irrefrenables de estrujar a alguien entre los brazos. A continuación, te explicamos por qué te sucede esta sensación.

Lo que pasa cuando tienes ganas de morder cosas monas es porque el cerebro al no poder procesar tantas emociones positivas a la vez, hace que tu instinto apretuje aquello que te produce todos estos sentimientos que tu mente no puede abarcar.

Bebé sorprendido
Bebé sorprendido | iStock

De hecho, existen estudios que explican dicho comportamiento. En un estudio realizado por la psicóloga Oriana Aragón de la Universidad de Yale y publicado en la revista Psychological Science se demostró que las personas que expresan respuestas positivas ante imágenes tiernas también experimentan reacciones agresivas como estrujar o pellizcar a cosas monas. Además, añade que esta es la manera que las personas tienen de equilibrar la carga positiva emocional, y sobre todo de recuperar el control ante tantas emociones intensas juntas.

No es la única demostración, porque existe otro estudio realizado por Hiroshi Nittono de la Universidad de Hiroshima, donde expresa que las personas cuando observan imágenes tiernas les hace apreciar más las imágenes que miran debido a que la ternura les despierta sentimientos positivos y tienen la necesidad de aproximarse, estrujarlo, morderlo o pellizcarlo.

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