SEÑALES HORMONALES
Hombro congelado, un síntoma poco conocido en perimenoapusia
No siempre es estrés ni haber dormido mal, la dificultad para mover el hombro es un síntoma muy común en la perimenopausia y pocas veces reconocido.

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Un día cualquiera notas que levantar una taza de café se convierte en un reto, te cuesta peinarte o hasta ponerte una chaqueta. No es un dolor punzante, sino más bien una sensación de bloqueo, de rigidez, que parece no soltarse nunca. Lo primero que piensas es que dormiste mal, que estás estresada o que hiciste un mal movimiento. Pero muchas veces la causa no es ninguna de esas.
La experta en epigenética y menopausia Lurdes Álvarez, que comparte contenidos en su cuenta de Instagram @menopausiaenforma donde reúne ya a más de 290 mil seguidores, explica en uno de sus vídeos que estos síntomas pueden estar relacionados con el hombro congelado, una condición muy frecuente durante la perimenopausia. La bajada de estrógenos, no solo influye en la piel, también afecta a la hidratación y flexibilidad de las articulaciones, lo que favorece la inflamación y la rigidez. Y eso se traduce en molestias que, aunque parecen banales, pueden condicionar la vida diaria. "No estás haciendo nada mal, es tu cuerpo avisando que está cambiando desde dentro", insiste Álvarez.
Qué es y cómo se manifiesta el hombro congelado
El término médico es capsulitis adhesiva, aunque se conoce popularmente como hombro congelado. Se trata de un trastorno en el que la cápsula que recubre la articulación se inflama y se vuelve rígida, limitando progresivamente el movimiento. Puede aparecer de manera gradual, incluso sin un golpe o lesión previa, y suele avanzar en fases, primero dolor, después bloqueo y, finalmente, una recuperación que puede tardar meses o incluso años.
Los signos más comunes son la dificultad para levantar el brazo por encima de la cabeza, la imposibilidad de alcanzar la espalda con la mano o esa sensación de rigidez que no mejora con el descanso. Lo más importante es no normalizarlo ni resignarse, cuanto antes se busque ayuda, más fácil será frenar la limitación.

Cómo aliviar el hombro congelado
Aunque cada caso requiere un diagnóstico médico, existen medidas que ayudan a mejorar la rigidez y el dolor. El tratamiento suele ser progresivo y combina diferentes estrategias:
La fisioterapia y los ejercicios suaves, son fundamentales para mantener la movilidad del hombro. Movimientos como el "columpio de brazo" (inclinarse hacia delante y dejar que el brazo afectado cuelgue en círculos pequeños), los estiramientos con ayuda de un palo o bastón, o "caminar" con los dedos sobre la pared son ejercicios sencillos que, realizados a diario, pueden marcar la diferencia.

El especialista puede recomendar analgésicos o antiinflamatorios, y en algunos casos aplicar infiltraciones de corticoides para reducir la inflamación. En casa, alternar calor local (para relajar la musculatura) con frío (si hay inflamación aguda) es una estrategia útil.
Aunque el dolor invite a no mover el brazo, dejarlo completamente quieto suele empeorar el bloqueo. Lo recomendable es seguir utilizando el hombro dentro de lo posible, sin forzar, para mantener la articulación activa.
La clave, según Álvarez, es escuchar al cuerpo y no culparse. El hombro congelado no es consecuencia de haber hecho algo mal, sino un aviso de que el organismo atraviesa cambios hormonales profundos.
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