¿Por qué encontrar a tu media naranja no es tan bonito como piensas?

Estamos acostumbrados a oír expresiones que construyen creencias nocivas sobre las relaciones, giran en torno al mito del amor romántico y perpetúan los roles de género. Estos dichos que vemos plasmados en diversidad de referencias literarias, musicales y cinematográficas normalizan dinámicas tóxicas como muestras positivas del verdadero amor y son determinantes a la hora de construir relaciones de pareja. Así pues, en este artículo te planteamos algunos de los mitos más comunes que hay que identificar para poder entablar relaciones libres de estereotipos, con igualdad, responsabilidad afectiva y salud emocional.

Sin ti no soy nada

Se trata de un concepto que idealiza el apego y la dependencia emocional, un factor frecuente dentro de relaciones tóxicas. Tal y como explican desde el centro de atención psicológica Somos Estupendas, entendemos por dependencia cuando la emoción y la situación de la pareja depende del otro. Así pues, con esta dinámica relacional, el bienestar de la persona depende de la otra, por lo que es importante identificarla y revertirla. De hecho, un estudio de la Universidad de Salamanca llega a equiparar el efecto que tiene a nivel cerebral tener una relación de dependencia emocional a una drogadicción, por la segregación de dopamina que generan ambas situaciones.

El concepto de la media naranja

El mito de la media naranja que se origina en El banquete de Platón ha dejado huella hasta día de hoy con la creencia de que somos la mitad de un todo y que el amor es la búsqueda de la pareja ideal que nos hace completos. Pero según señalan desde Somos Estupendas: "en ti mismo, eres perfectamente válido y no necesitas que te completen". Así pues, es importante deconstruir este pensamiento tan normalizado, ya que nos condiciona a la hora de construir la imagen de nosotros mismos y perpetúa, además, los modelos de relaciones de dependencia.

El amor todo lo puede

Esta idea fomenta el concepto de que una pareja puede superar cualquier conflicto que se le interponga, por lo que puede conllevar aceptar y perdonar determinadas dinámicas nocivas: un patrón que suelen seguir las relaciones tóxicas o de violencia. Según indican desde Somos Estupendas, una relación de este tipo se basa en varias fases:

• Fase de la luna de miel: Durante el comienzo de la relación parece que todo vaya bien. Incluso hay cierta idealización del otro.
• Fase de acumulación de tensión: Transcurrido un tiempo, aparecen situaciones de tensión derivadas de la desigualdad y dependencia entre miembros de la relación. Estas suelen ser faltas de comunicación y silencios entre ambos.
• Fase de explosión: Tras haber acumulado tensión, se produce una agresión física, verbal, ambiental o emocional.
• Vuelta a la primera fase: Después de haber llegado a dicho clímax, se vuelve a la fase inicial de luna de miel porque se hace como si no hubiera ocurrido nada o porque se ha pedido perdón. Una última fase que se refuerza con esta idea de que "el amor todo lo puede".

Los celos son una prueba de amor

Este mito normaliza el hecho de que existan los celos en una relación, ya que lo plantea como símbolo de amor. Pero se trata de una creencia muy peligrosa que refuerza las relaciones con control en las que hay vigilancia o dominación. Esta dinámica relacional surge cuando en una pareja no hay igualdad de condiciones en cuestiones de autoridad, poder o derechos sobre el vínculo y en aspectos de la vida diaria. Lo vemos a menudo en situaciones en las que un miembro permite o prohíbe determinadas acciones al otro. Esto puede darse de forma directa, pero también puede ocurrir implícitamente y pasar más desapercibido. Y tal y como indican desde Somos Estupendas, resulta muy complejo salir de este tipo de relaciones.

Quien bien te quiere, te hará llorar

Desde Somos Estupendas, señalan que en una relación tóxica el sufrimiento es continuo. Ya que la manipulación emocional, común en este tipo de dinámicas relacionales, provoca dolor. Es por esto que el mito "quien bien te quiere, te hará llorar" es una creencia nociva que tenemos que deconstruir, porque realmente: quien bien te quiere, te hará sentir bien.

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