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HIGIENE VAGINAL

Estos son los productos de higiene íntima que empeorarán tu salud

Jabón con aroma a campo de flores o un blanqueador para vulvas. Si te has planteado alguna vez usar un producto así en tu zona íntima, lee primero lo que tenemos que contarte.

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¿Por qué hay tantos productos de higiene íntima femenina pero no de higiene masculina? Siglos llevamos oyendo que nuestra vulva y vagina huelen mal, hay que cuidarla de forma especial y adornarla. En una cosa estamos de acuerdo, hay que cuidarla, pero cuidarla no significa echarse todo lo que pillemos. Cuidarla significa saber qué nunca debemos echarnos en la zona íntima y qué productos sí son recomendables.

Las ginecólogas y sexólogas lo repetimos por activa y por pasiva, los mitos que siguen circulando sobre los genitales femeninos son eso, mitos. Cada vulva tiene un olor diferente y un sabor. Cuando nuestro olor, sabor y textura del flujo vaginal sí que cambia, es cuando hay que actuar y hacer una revisión. Pero, si está como de costumbre, no debemos abusar de los productos de higiene íntima.

Qué no usar nunca sobre la vulva

Lo primero que nos indican aquí las ginecólogas es que hay que diferenciar entre vulva y vagina. Sí, lo hemos repetido muchas veces, pero venga ¡que viene otra para que no se nos olvide! Vulva es la parte exterior. Lo que vemos y tocamos al pasar la mano por la zona genital y vagina es la interior. Lo que conecta con el sistema reproductivo.

La otra gran cuestión sobre la que se hace hincapié, como así lo demuestra la ginecóloga Jen Gunter en su libro 'La biblia de la Vagina' (libros Cúpula), es que “La vulva apenas requiere limpieza”. Estás ojiplática, ¿verdad? ¡como puede ser que lo mejor sea limpiarla lo menos posible, pero haya tantísimos productos para ella.

Antes de meternos en faena sobre lo que nunca debes usar como producto de limpieza de tu vulva, es qué zonas nunca debes lavar de tu vulva y vagina.

“La abertura vaginal es membrana mucosa, igual que el interior de la vagina y no precisa lavado” deja bien claro Gunter. Los labios, ya sean los mayores o menores, no producen mal olor, incluso cuando sudamos tras realizar ejercicio, en esta zona no se suele encontrar mal olor. Por eso, es importante recordar que entre los labios no hay que extender ni aplicar ningún producto cosmético, ni siquiera los que venden como higiénicos.

Sin embargo, si te hace sentir mejor usar algún producto, podrías usarlo en la zona de la ingle, el monte de venus y en el perineo.

Jabón o limpiadores, ¿cuál es mejor?

“El jabón arrastra parte del manto ácido: las grasas naturales y las bacterias, que constituyen un elemento fundamental de las defensas cutáneas” aclara la doctora Gunter a lo que añade que “Si un producto se presenta como jabón, posee la capacidad de resecar la piel y provocar irritación y posiblemente microtraumatismos”.

Y, ¿qué tenemos frente a los jabones? Los limpiadores. Éstos contienen surfractantes sintéticos y sustancias químicas que eliminan la suciedad, pero no dañan el manto ácido original. Al menos, éstos son un poco más respetuosos con la piel, así que si estás entre limpiador o jabón, es mejor limpiador.

¿Ayudan los productos de higiene íntima a reducir la vaginosis bacteriana?

“No”. Así de rotunda responde Gunter. “No es verdad. Un lavado externo no afectará al interior de la vagina y lavarse internamente no es aconsejable”. La razón por la que nunca debemos hacernos lavados internos en la vagina es que irritamos las mucosas, eliminamos las bacterias buenas y ahí sí que se aumenta el riesgo de contraer una vaginosis.

Productos que sí y productos que no debemos usar en la zona íntima

- Cuando veas productos con aromas o perfumes, ¡huye! Saca a tu vulva de esa trampa. Las fragancias son irritantes y habitualmente producen alergias. Por no hablar de que siguen manteniendo el mito de que las mujeres necesitamos aromatizar nuestras partes, cosa que no es cierta.

Problemas vaginales
Problemas vaginales | iStock

- Para acertar con el producto la ginecóloga aconseja fijarnos en el PH que indique. Debe tener entre 5.3 y 7.0. Y si se acerca al de la vulva, que es 5.3 y 5.6, mejor que mejor.

- Si contiene metilisotiazolinona y metilcloroisotiazolinona tampoco los compres. Son irritantes y producen alergias habitualmente. Tampoco es aconsejable que contenga árbol del té, lanolina o formaldehído.

- Las toallitas, ¿sí o no? De repente hay toallitas higiénicas por todas partes. Consecuencia de la Covid-19, pero ya antes hubo un boom importante de toallitas higiénicas para usar en el baño o limpiar la vulva. Estos productos no son recomendables ya que son un “Cofactor habitual de la dermatitis de contacto de la vulva y la zona anal”. Además, las toallitas multiplican el número de posibilidades de contraer alguna alergia por todas las sustancias que llevan.

Otras cosas para apuntar que NO debemos hacernos es darnos con el secador en los genitales. Es muy tentador, sobre todo en invierno, pero es mejor evitarlo porque seca las mucosas y sin mucosas no hay buena salud genital.

Y después de todo eso, ¿qué es lo mejor? Agua. Así de sencillo. Con darnos con agua en la ducha diaria o en el bidé, si queremos tener esa sensación de mayor limpieza, es más que suficiente.

Dentro de la vagina no se limpia nada

Nuestras vaginas son pirolíticas, como los hornos, y se limpian ellas solitas. No necesitan productos ya que estos no harían más que alterar e irritar y ya sabes qué viene después...¡infección al canto!

Nunca debemos usar duchas vaginales porque “Daña las bacterias beneficiosas y altera la capa de mucosidad, que es lo que nos protege”. Según la doctora Gunter, las mujeres que usan y abusan de es este tipo de limpieza íntima, “Tienen más capacidad de contraer gonorrea o VIH en caso de exposición”. Si te preocupa el mal olor, esta es la solución menos indicada. Sólo lo aumenta ya que aparece como signo de vaginosis bacteriana.

Tampoco debemos acudir a remedios naturales como vapores, zumos de frutas aplicados ahí abajo, ni nada por el estilo. Todo esto solo la daña y acabaremos teniendo, ¿adivina qué? Sí, una infección de nuevo.

Creo que nos ha quedado claro, todos estos productos tienen un final común: no arreglar nada, sólo empeorarlo y alterar nuestro estado natural. Por eso, recuerda que lo mejor es agua y un aseo rutinario. Si necesitas por alguna razón un limpiador, usa uno con las características mencionadas y lo menos agresivo posible y sobre todo, no caigas en el márketing, nuestras vaginas no necesitan ambientadores ni reafirmantes.

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