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PANDEMIA

¿Estás usando la mascarilla que necesitas?

Que la pandemia nos ha pillado descolocados a todos no es una novedad, que estamos aprendido a marchas forzadas y, en ocasiones, a base de errores es algo que debemos asumir.

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No pasa nada, se aprende, se modifica lo que haya que cambiar y volvemos.

Uno de los temas que más de cabeza nos ha traído desde el principio es qué mascarilla necesitamos. A día de hoy, cuando tenemos cada vez más claro el contagio por aerosoles, se hace necesario si las recomendaciones en cuanto a mascarillas son las correctas.

Antes de nada, hagamos un repaso de qué mascarillas nos podemos encontrar en el mercado:

- Mascarillas higiénicas reutilizables: deben cumplir la normativa UNE 0065 y se pueden lavar. Hay tallas para niños. Tienen una filtración de, al menos, 90% de dentro a fuera.

- Mascarillas higiénicas no reutilizables: deben cumplir la normativa UNE 0064, no se pueden lavar y también hay tallas para niños. Tienen una filtración de, al menos 95% de dentro a fuera.

- Mascarillas quirúrgicas IIR: deben cumplir la normativa UNE 14683 y tienen una filtración de dentro a fuera de un 98%.

Un inciso: es posible que os encontréis mascarillas en las que cumplen con los datos UNE 14683 en cuanto a filtración y respirabilidad pero si pone que se pueden reutilizar es que son higiénicas reutilizables, no quirúrgicas. Cuando había desabastecimiento de mascarillas, el gobierno creó las dos normas UNE 0065 y 0064 para que diferentes industrias pudieran fabricar frente a un estándar rápido. Hacer un estándar no es sencillo ni rápido así que lo más sencillo es realizar los ensayos de respirabilidad y filtración frente a una norma ya creada: la UNE 14683. Por eso la veis en muchos documentos de mascarillas. Eso no significa que la mascarilla sea quirúrgica, sino que ha cumplido esos dos puntos. Es como si una farmacéutica estudia dos asignaturas de biología, no podrá decir que es bióloga. Es farmacéutica, que no es poco.

Trabajadores con mascarilla
Trabajadores con mascarilla | iStock

Seguimos:

- EPIs: mascarillas FFP3, FFP2. Estas deben cumplir unos requisitos más estrictos. Son equipos de protección individual y la normativa es UNE 149. Además, deben llevar serigrafiado en la mascarilla, los cuatro dígitos de un organismo notificado que confirme que cumplan la norma. Estas mascarillas protegen de dentro a fuera y de fuera a dentro en un 92% las FFP2 y 98% las FFP·

¿Esto es que las otras no protegen nada de fuera a dentro? No, también lo hacen, pero un poco menos, alrededor de un 70%.

Ahora que los aerosoles están cobrando más interés ¿estamos utilizando la mascarilla correcta? Pues como todo en esta pandemia, la respuesta es: depende. Si queríais respuestas cortas y rápidas a preguntas complejas, os habéis equivocado de pandemia.

Para empezar, debemos decir que ningún tipo de mascarilla protege ni a nosotros ni a otros si no está correctamente ajustada. ¿Cómo sabemos esto? Las mascarillas suelen tener un alambre que se ajusta a la nariz. Lo primero que debemos hacer es ajustarlo correctamente. Sí, hay que apretar, cada uno tenemos una nariz distinta y el alambre sirve para dar esa forma. No debe ajustar a la mitad de la nariz sino al primer tercio de la misma si empezamos por lo más cercano a los ojos. Una vez este ajuste está correctamente realizado, puedes comprobar que no quedan huecos por arriba. Ajusta las gomas a las orejas, si es necesario, para fijarlo mejor. Este ajuste de las gomas también podrá evitar que queden zonas abiertas en los laterales. Comprobadlo bien porque a veces parece que queda hueco, pero sólo es la doblez de la tela y en realidad sí está fijado. Un truco para asegurarse es poner un espejito en los laterales de la mascarilla y comprobar si el espejo se empaña. Tened en cuenta que, a lo largo del día, al hablar o al quitarlas, se pueden mover, así que sólo es un truco, no es la salvación.

Si la mascarilla no está bien ajustada, o superas el tiempo de uso (8 horas en FFP o 4-6 en quirúrgicas) el resto que vamos a contar ahora no tiene sentido así que pongamos interés primero en eso.

Si vamos a estar en un sitio abierto no concurrido, podemos utilizar mascarillas higiénicas o quirúrgicas. Parece que el riesgo de contagio no es elevado.

Si vamos a estar en un sitio cerrado con gente, antes de pensar en la mascarilla (que por supuesto) pensemos en la ventilación. Los aerosoles más pequeños permanecen en el ambiente por más tiempo y son los más críticos para que lo filtren las mascarillas que no son FFP. Pero como los virus aprietan, pero no ahogan, son los que más se mueven con la ventilación así que este punto es básico. Ventilación no es tener las ventanas permanentemente abiertas sino abrirlas varias veces en el tiempo en el que las personas estén reunidas. Los aerosoles parece que pierden capacidad infectiva cuando han pasado entre una y dos horas.

Debemos tener en cuenta también el número de personas, la actividad que se realiza (no es lo mismo cantar que leer) a la hora de emitir aerosoles, el tiempo que vayamos a estar y, por supuesto, el riesgo de cada persona.

Entonces: ventilación, número de personas, actividad, tiempo y riesgo. Todos estos factores van a influir en la decisión de la mascarilla que debemos utilizar.

En un sitio cerrado, sin ventilación con muchas personas haciendo ejercicio durante una hora y alguien con patologías previas, sin duda: FFP.

A partir de ahí, el riesgo va disminuyendo con los diferentes factores en los que nosotros podemos decidir qué mascarilla es la más indicada. Y no, no siempre es la FFP y sí, a veces sí podemos llevar todos una quirúrgica y estar igualmente protegidos y protegiendo.

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