ALTAS TEMPERATURAS
Cansancio extremo en verano: por qué te sientes agotada aunque duermas más
Aunque en verano dormimos más horas, muchas personas se sienten agotadas, sin energía y con la cabeza embotada. La doctora Sofía Rodríguez Moroder nos explica por qué descansar no siempre es sinónimo de dormir y qué señales no deberías ignorar.

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En teoría, el verano es sinónimo de descanso. Días más largos, horarios más relajados y, con suerte, vacaciones o al menos jornadas intensivas. Sin embargo, muchas personas sienten justo lo contrario: más agotamiento, más dolores de cabeza y menos energía. ¿Te suena? No estás sola. Y no, no es solo el calor.
La doctora Sofía Rodríguez Moroder, especialista en medicina dental del sueño y directora de la clínica CráneoSalud en Valencia, lo tiene claro: "Dormir más no es dormir mejor". Y en verano, las condiciones que favorecen un buen descanso se alteran casi por completo.

El calor interrumpe el descanso
Las temperaturas nocturnas han subido tanto que, según la AEMET, el verano de 2025 —que tan solo acaba de empezar— ya ha vuelto a batir récords de noches tropicales y tórridas. Dormir con más de 25 °C en la habitación no solo incomoda: obliga al cuerpo a adaptarse, y eso pasa factura. A menudo dormimos con la boca abierta, con el ventilador apuntando a la cara o con el aire acondicionado encendido… Todo eso genera sequedad, interrupciones en la respiración y microdespertares que muchas veces ni recordamos.
"La calidad del sueño se ve afectada incluso si no lo percibimos", explica la doctora. "En personas con apneas leves, bruxismo o problemas en la articulación temporomandibular, el cuerpo entra en un estado de alerta constante que impide alcanzar fases profundas de descanso".
Bruxismo en verano
Apretar los dientes mientras dormimos se ha convertido en algo cada vez más común, especialmente entre mujeres de entre 30 y 55 años. Se llama bruxismo y afecta al 70 % de los adultos en algún momento de su vida. Lo sorprendente es que en verano tiende a agravarse por factores que no siempre relacionamos con el descanso: colchones diferentes, casas mal ventiladas, estrés térmico, exceso de pantallas antes de dormir...
El resultado: te levantas con la mandíbula tensa, dolor de cabeza o la sensación de no haber descansado nada, a pesar de haber dormido ocho horas o más.
Tu mandíbula podría estar saboteando tu sueño
Detrás de esa fatiga persistente, muchas veces está la articulación temporomandibular. Es la que conecta la mandíbula con el cráneo y regula funciones como masticar, hablar o tragar. Si esta articulación está inflamada o desalineada, puede causar síntomas como presión en las sienes, mareos, zumbidos, vértigos, fatiga visual o incluso alteraciones en la postura. Y lo peor: todo esto puede estar ocurriendo mientras tú crees que simplemente estás "estresada" o "deshidratada".
"El sistema masticatorio está más conectado al sistema nervioso central de lo que imaginamos", advierte la doctora Rodríguez Moroder. Si no funciona bien, el cerebro interpreta que hay una amenaza constante… y el sueño profundo desaparece.

Señales de alarma (que no deberías ignorar)
Si este verano te notas más agotada de lo normal, estas son algunas señales que podrían indicar que hay un problema detrás de tu descanso:
- Dolor o tensión en las sienes al despertar
- Fatiga a pesar de dormir bien
- Molestias en mandíbula, cuello o espalda alta
- Mareos al cambiar de postura
- Ruidos articulares al abrir la boca
- Garganta seca o ronquidos leves
Tiene solución
Lo mejor de todo es que muchos de estos problemas tienen tratamiento, y no necesariamente invasivo. Férulas neuromiorelajantes, ejercicios de fisioterapia craneomandibular o reeducación postural lingual pueden mejorar radicalmente la calidad del sueño.
Escucha tu cuerpo y hazle caso. Porque dormir bien no es un lujo… es salud.
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