ASÍ LE HA AFECTADO
Verónica Hidalgo, sobre el grave problema de salud que sufrió tras dar a luz: "Me tuvieron que operar de urgencia"
Verónica Hidalgo afronta por primera vez la Navidad como madre, meses después de vivir un posparto marcado por una grave complicación médica. La modelo y presentadora ha recordado cómo tuvo que ser operada de urgencia tras el nacimiento de su hija y cómo ese episodio ha cambiado su cuerpo y su forma de vivir la maternidad.

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La llegada de un hijo suele asociarse a uno de los momentos más felices de la vida, pero no siempre el camino es sencillo. Verónica Hidalgo lo sabe bien. La modelo y presentadora, que estas Navidades celebrará por primera vez las fiestas con su hija, Leandra, ha recordado ahora el complicado proceso que vivió tanto para quedarse embarazada como después de dar a luz.
"Parece que fue ayer que estaba en el hospital", ha confesado en una entrevista reciente, dejando claro que el recuerdo sigue muy presente. Tras tres años y medio intentando quedarse embarazada, el posparto tampoco fue fácil. Lejos de la imagen idílica de los primeros días con su bebé, Verónica se enfrentó a una situación médica grave que la obligó a pasar más tiempo del esperado ingresada.
Una operación de urgencia tras el parto
Después de dar a luz, Verónica Hidalgo sufrió una complicación inesperada que requirió una intervención quirúrgica urgente. Tal y como ha explicado, los médicos tuvieron que extirparle un metro y medio de intestino, una situación poco común que incluso trascendió a los medios de comunicación por su rareza.
"Me tuvieron que operar de urgencias y quitarme metro y medio de intestino. Estuve en el hospital más días de la cuenta", ha relatado. Ese ingreso prolongado tuvo consecuencias directas en sus primeros días como madre: no pudo dar el pecho a su hija ni cogerla en brazos durante casi dos semanas. "No pude cogerla en doce días… fue un poco caótico", ha reconocido.
Un cuerpo que ya no es el mismo
La operación no solo marcó emocionalmente ese inicio de la maternidad, sino que también ha tenido efectos duraderos en su cuerpo. Verónica ha explicado cómo la pérdida de parte del intestino ha cambiado su digestión y su relación con la comida.
"Estoy más delgada que antes porque tengo digestiones superrápidas, voy al baño más de la cuenta y tengo menos hambre", ha contado. Durante meses tuvo que seguir una dieta muy estricta, empezando por líquidos y pasando poco a poco a alimentos blandos, ya que su cuerpo no toleraba ciertos productos ni las bebidas gaseosas.
Aunque los médicos le han asegurado que con el tiempo todo se irá regulando, reconoce que todavía nota cierto descontrol. Aun así, afronta la situación con optimismo.
Forman equipo en casa
En medio de este proceso, Verónica destaca el papel fundamental de su pareja, Juan Andrés, y el trabajo en equipo en casa. "Es un padrazo", asegura, explicando cómo se organizan para cuidarse mutuamente y disfrutar de su hija.
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La presentadora también confiesa que, después de todo lo vivido, la pequeña parece compensarlo todo con su carácter tranquilo. "Todo lo que hemos sufrido me lo está regalando con lo buena que es", dice orgullosa.
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