ECHAMOS LA VISTA ATRÁS
22 años de la pedida de Felipe y Letizia: el anillo, el look y el momento en el que le pidió que le dejase hablar
El 6 de noviembre de 2003 tuvo lugar la pedida de Felipe y Letizia. Un día en el que primero se hicieron una sesión de fotos y después atendieron a los medios. Una jornada que, 22 años después, sigue dejando anécdotas difíciles de olvidar, como cuando ella le pidió que le dejase hablar.

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Este jueves se cumplen 22 años de uno de los momentos más recordados de la historia reciente de la Casa Real: la pedida de mano del entonces príncipe Felipe a Letizia Ortiz Rocasolano. Fue el 6 de noviembre de 2003 cuando, cinco días después de que la Casa Real anunciara su compromiso, la pareja se presentó oficialmente ante la prensa para anunciar una boda que se celebraría seis meses más tarde.
El escenario elegido fue el Palacio Real de El Pardo, donde tuvo lugar la sesión fotográfica y el encuentro con los medios. Felipe y Letizia posaron sonrientes, radiantes de felicidad, dejando claro que su historia de amor —que rompía moldes— iba muy en serio.

Un gran despliegue mediático
Alrededor de 340 periodistas de varios países —entre cámaras, redactores y fotógrafos— se acreditaron para cubrir el acontecimiento. En el Patio de los Austrias, escenario de la comparecencia, no cabía un alfiler. La expectación era máxima: la boda de un heredero con una periodista divorciada prometía marcar un antes y un después en la monarquía española.
Los regalos de la pedida
Como dicta la tradición, hubo intercambio de obsequios entre los prometidos. El príncipe Felipe regaló a Letizia un anillo de compromiso de oro blanco con 16 diamantes baguette, mientras que ella le correspondió con unos gemelos de oro blanco y zafiros.
Según publicó la revista ¡HOLA! en su cobertura de la pedida, Letizia eligió personalmente los gemelos en una joyería madrileña de la calle Serrano, mientras que el entonces príncipe encargó el anillo en la joyería Suárez de Barcelona y fue su cuñado, Iñaki Urdangarin, quien acudió a recogerlo.

Un look icónico
Para la ocasión, Letizia apostó por un traje blanco que marcó el inicio de un estilo que, con los años, se ha convertido casi en su sello personal. El conjunto estaba formado por una chaqueta de hombros estructurados y solapa tipo chimenea, combinada con un pantalón recto a juego. Desde entonces, la reina ha recurrido en numerosas ocasiones a este color, uno de los que más parece favorecerle y con el que se siente más cómoda.
Por su parte, el entonces príncipe Felipe eligió un clásico traje azul marino de raya diplomática, camisa blanca y corbata azul con pequeño estampado geométrico, completando el conjunto con zapatos marrones.

El "zasca" más recordado
Durante la breve comparecencia, Letizia protagonizó un momento que aún hoy muchos recuerdan. Cuando el príncipe intentó interrumpirla mientras hablaba con los medios, ella reaccionó con naturalidad: "Déjame terminar".
Una frase que dio mucho que hablar y fue interpretada como una muestra del carácter fuerte e independiente de la futura reina.
Una historia que sigue escribiéndose
Aquel día en el Palacio de El Pardo marcó el inicio de una nueva etapa para ambos, y nos dejó también una de las frases más recordadas de Felipe, cuando aseguró que le gustaría tener "por encima de dos y por debajo de cinco" hijos.
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Veintidós años después, Felipe y Letizia son Reyes de España y padres de dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Una historia que, dos décadas después, sigue teniendo capítulos por escribir.
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