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El truco para cocinar croquetas en la freidora de aire y que sean un éxito

Aprende a no cargarte uno de los alimentos más venerados de nuestra gastronomía.

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El mundo de las croquetas es un terreno delicioso, pero a la vez pantanoso. Se trata de una de las recetas más versátiles, ya que existen mil alternativas más allá de las clásicas de jamón. De todas formas, siempre corremos la desgracia de que estas se abran y en lugar de una masa consistente, nos quede una bechamel desecha.

Este problema se agrava cuando las cocinamos en la freidora de aire. Parece ser que uno de los manjares más espectaculares aún no se ha adaptado a los utensilios culinarios más modernos. Cómo nosotras también compartimos este dolor, te traemos algún que otro truco para evitar echar a perder tus creaciones.

Precalienta la freidora

La temperatura de cocción es un elemento clave para que estas nos queden perfectas. Aunque te lo hayan dicho muchas veces, es así. Si las freímos en la sartén, el aceite siempre debe estar lo suficientemente caliente para evitar aberturas, pero ojo ¡No te pases! De lo contrario, las puedes quemar.

En el caso de la freidora de aire pasa algo parecido, pero la cuestión recae en la temperatura de nuestro electrodoméstico. Para ello, es muy recomendable que uses el programa de precalentado. De todas formas, si tu freidora no lo tiene, puedes encenderla diez minutos antes de usarla, a unos 170 grados. De esta forma vas a empezar a cocinarlas a una temperatura alta desde el principio.

Reduce su tamaño

Si has decidido elaborar por ti misma las croquetas, la forma que les des puede ser determinante para su cocción. Para facilitar la absorción del calor, es mejor que las croquetas que quieras freír en tu electrodoméstico tengan un tamaño más pequeño del habitual. De esta forma, al no ser tan grandes, su interior se va a cocinar más rápido, por lo cual evitaremos derrames y no correremos el riesgo de que sigan congeladas.

Mejor congeladas

Es importante saber que dependiendo del estado de las croquetas, vamos a obtener un resultado u otro. Lo más recomendable es que tus croquetas sean congeladas. Eso no quiere decir que las debas comprar siempre en el apartado de refrigerados, sino que, si decides cocinarlas tu misma, las metas en el congelador antes de “freírlas”. De esta forma, al cocinarlas, vas a tener un bloque sólido al que le va a ser más difícil desmoronarse.

Si este formato no va contigo, puedes optar por darles una doble capa de rebozado para fortificar su parte exterior y también espesar un poco más la masa para que no sean demasiado líquidas.

Usa un buen aceite

Puede parecerte una tontería, pero se nota la diferencia. Teniendo en cuenta la calidad que tienen los aceites de la tierra, intenta no elegir el más barato del súper. Si queremos que las cosas salgan bien, las tenemos que cuidar. Además, te recomendamos que antes de meterlas en la freidora, las rocíes con un spray de aceite, o si no tienes, embadúrnalas con un pincel. De esta forma, vas a conseguir que te queden doradas y crujientes.

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