¡QUÉ VUELVA EL BLANCO!
¿Tienes los dientes amarillos? Culpa de los malos hábitos de alimentación
Ay, cuando se dice “el poder de una sonrisa”. Pero, ¿la sonrisa es igual de potente si tienes los dientes amarillos? Seguro que sí, pero desde luego no es igual de bonita. Aunque algunos tienen los dientes más amarillentos por naturaleza, normalmente este color se debe a los malos hábitos.
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Seguro que puedes mejorar alguna costumbre para que tus dientes luzcan súper blancos.
1. Lo sabemos, somos aburridos, pesados y previsibles, pero fumar es una de las causas más frecuentes de los dientes amarillos. Una razón demás para dejarlo.
2. Bebidas como café o té. Este tipo de bebidas manchan los dientes y además dañan el esmalte que los protege y que no se regenera. Tomar un vaso de agua después de estas bebidas ayuda a enjuagar la boca. Además, en ambos casos si tomas estas bebidas con leche el efecto manchas en los dientes será mucho más suave, porque la leche los protegerá.
3. Azúcar. El consumo de azúcar excesivo, entre otras cosas, también es causa del color amarillento de los dientes.
4. Agua con limón. El limón puede desencadenar una reacción química que hace que el esmalte de tus dientes sea cada vez más amarillo, ya que es una sustancia muy ácida.
5. Vinagre. Exactamente lo mismo pasa con el vinagre. No exageres en las ensaladas y en todo caso procura lavar tus dientes pasados al menos 15 minutos desde que has terminado de comer: la acidez del vinagre y la pasta de dientes no son una buena combinación.
6. Frutos rojos. Cerezas, moras, frutos del bosque... tienen un nivel de pigmentación muy fuerte. Esto no significa que no debes consumirlos, sino que cuando los comas simplemente deberás tener más cuidado de no saltarte tu cita con el cepillo de dientes.
7. Vino. Lo sentimos, nunca quisimos decirte eso, pero sí, el vino blanco también mancha los dientes, aunque menos que el tinto. Es el mismo proceso que el vinagre o el limón: la acidez corroe el esmalte.
8. Bicarbonato. Seguramente lo has leído alguna vez: bicarbonato más limón blanquean los dientes. Es cierto, pero también dañan el esmalte, obteniendo a la larga el efecto contrario. ¿Solución? Puedes seguir usando el bicarbonato para blanquear, cepillándote los dientes con él una vez por semana (no más), pero sin mezclarlo con limón.
9. Cuidado con la limpieza…excesiva. Si bien a veces el color amarillento de los dientes es causado por una falta de cuidados de la boca, pasa también lo contrario. La excesiva limpieza, frotar los dientes con un cepillo muy duro o (ab)usar de enjuagues bucales agresivos puede dañar tu esmalte, justo como el café, el limón, el vino... ¡no te pases!
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