FRUTA EN SU PUNTO
Cómo elegir sandía, melón, mango y piña: guía práctica para acertar siempre
No hay nada como cortar una fruta y que esté en su punto justo. Hay algunas, como la sandía, el melón, el mango y la piña que muchas veces cuesta encontrar la ideal. Con algunos trucos simples, elegir bien será más fácil que nunca.

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Con la llegada del calor, las frutas tropicales y refrescantes se convierten en las grandes protagonistas de nuestra dieta. ¿Cuántas veces has comprado una sandía gigante con toda la ilusión... solo para descubrir que no sabe a nada? O ese melón que parecía dulce, pero termina en la nevera y no se come. Elegir una fruta en su punto exacto de maduración puede parecer difícil, pero en realidad hay factores simples que todos podemos aprender a reconocer.
Y es que no se trata solo de evitar una compra decepcionante. Escoger bien nuestras frutas también tiene que ver con aprovechar sus nutrientes, su textura y todo su sabor. Una sandía madura está llena de licopeno, un antioxidante natural, un mango en su punto es una fuente riquísima de vitamina A y C, el melón nos hidrata como pocos alimentos, y la piña, cuando está jugosa, aporta enzimas que favorecen la digestión.
Por eso, hoy te traemos una guía sencilla y clara que nos comparte la cuenta de Instagram @almaplena20 para que nunca más vuelvas a fallar al elegir sandía, melón, mango o piña.
¿Cómo elegir la sandía?
La sandía es el clásico del verano. Refrescante, ligera, ideal para compartir en familia. Pero si no está dulce, pierde toda la gracia. Así puedes asegurarte de elegir bien:
- Que sea redonda, uniforme y pesada. Si te sorprende su peso al levantarla, es una buena señal, tiene más agua y más dulzura.
- Fíjate en la mancha del suelo. Esa parte más clara que tiene una de las caras de la sandía es clave. Si es amarilla tirando a dorada, está en su punto. Si es blanca, no tendrá mucho sabor.
- Evita las que brillan demasiado. Si la cáscara tiene un brillo intenso, probablemente no está madura.
- ¿Alargada o redonda? Las redondas suelen ser más dulces, mientras que las alargadas tienen más agua. Si buscas un sabor intenso, quédate con la redonda.

¿Cómo elegir el melón?
El melón es otra fruta que puede ser una maravilla o una completa desilusión. Pero con estos detalles, puedes dar en el clavo casi siempre.
- Mira el extremo del tallo. Si está ligeramente hundido, es dulce. Si, por el contrario, está como salido o rígido, seguramente será insípido.
- Color de la piel. Los que tienen un tono verde oscuro o un amarillo sin brillo todavía no están listos. Busca uno con color uniforme y que no luzca muy apagado.
- El olfato. Acércate al melón y huele la base (el extremo opuesto al tallo). Si huele dulce, es una buena señal. Si no huele a nada, todavía le falta. Y si huele demasiado fuerte, ya está demasiado maduro.

¿Cómo elegir el mango?
El mango tiene ese toque tropical que enamora. Pero solo si está maduro. Aquí va cómo saberlo:
- Verde opaco, firme y sin olor. Aún está inmaduro y su sabor será amargo.
- Amarillo verdoso, un poco blando. Probablemente estará insípido.
- Amarillo claro, firme, pero algo jugoso, con aroma dulce. Es un mango dulce, sabroso y perfecto para comer.
- Color dorado intenso, suave y con aroma tropical. Esto ya es nivel superior. Muy dulce, jugoso, ideal para batidos, postres o simplemente disfrutarlo a cucharadas.

¿Cómo elegir la piña?
La piña es muy agradecida cuando está en su punto justo. Jugosa, crujiente y dulce. ¿Cómo saberlo?
- Si está verde, no está lista. Tan simple como eso.
- Si está entre amarillo y naranja, es perfecta para cortar. Dulce, fresca y con buen equilibrio.
- Si ya es completamente naranja, está en su punto máximo de dulzura. Ideal para jugos y postres.

Elegir bien una fruta es muy sencillo, tan solo hay que fijarse en los detalles. El color, el peso, el aroma, incluso la forma pueden decirte mucho. Y cuando aciertas, la diferencia se nota desde el primer bocado.
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