CERO QUÍMICOS
¿Lavas bien tus alimentos? Este error común puede estar dejando pesticidas en tu comida
Aunque parezcan limpias, muchas frutas y verduras esconden residuos que no se ven a simple vista. Pesticidas, ceras industriales y compuestos químicos pueden quedarse en la superficie incluso tras lavarlas con agua. Por suerte, con este truco económico y eficaz puedes reducirlos de forma rápida y sencilla.

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Por muy limpias que parezcan, tus frutas y verduras pueden ocultar mucho más que un poco de tierra. ¿Alguna vez te has planteado si lavarlas solo con agua es realmente suficiente? En uno de sus vídeos, la cuenta de Instagram @paleomind.team explica que según expertos en psiconeuroinmunología clínica, muchos de los vegetales que consumimos, aunque se vean frescos y apetecibles, están recubiertos de sustancias invisibles como pesticidas, ceras industriales y residuos químicos. Y lo preocupante es que estos compuestos no desaparecen con un simple enjuague bajo el grifo.
El acceso a alimentos orgánicos no es igual para todos, ya sea por razones económicas, de disponibilidad o logística. Pero lo que sí podemos hacer y está al alcance de cualquiera, es aprender a limpiar correctamente lo que comemos. Una solución sencilla, natural y que seguramente ya tienes en casa, es el bicarbonato de sodio. Este ingrediente puede convertirse en un gran aliado para eliminar de forma efectiva buena parte de los residuos que se acumulan en la superficie de frutas y verduras.
El bicarbonato rompe residuos químicos que el agua no toca
Aunque no lo veas, muchas frutas y verduras están tratadas con pesticidas como el tiabendazol o el imazalil, especialmente en cultivos convencionales. El agua por sí sola no consigue eliminarlos del todo, y aunque el vinagre puede ayudar, estudios recientes han demostrado que el bicarbonato es aún más eficaz para disolver estos compuestos superficiales.
Basta con disolver una cucharada de bicarbonato en un litro de agua, introducir las frutas o verduras y dejarlas reposar entre 15 y 20 minutos. Después, se enjuagan con agua limpia. El cambio no es solo externo: también estás reduciendo tu exposición diaria a químicos no deseados.

Reducción de bacterias sin dejar residuos
Aunque no es un desinfectante tan potente como el vinagre, el bicarbonato tiene la ventaja de que no deja ningún sabor ni olor en los alimentos, algo que muchas personas agradecen. Ayuda a disminuir la carga microbiana en la superficie de los vegetales sin necesidad de otros productos.
Funciona muy bien con alimentos de piel firme como manzanas, pepinos, calabacines o pimientos. En vegetales de hoja, como espinacas o lechugas, es suficiente con 5 a 10 minutos de remojo para una limpieza más segura.
También elimina ceras y grasas invisibles
Muchas frutas vienen recubiertas de ceras que les dan un brillo artificial, aunque no siempre lo notamos, estas capas pueden atrapar pesticidas o dificultar su eliminación.
El bicarbonato actúa como un limpiador suave que, al frotarse con las manos o un cepillo suave después del remojo, ayuda a desprender estas películas invisibles, dejando la superficie limpia y sin residuos grasos. Notarás la diferencia al tacto, la piel queda menos resbaladiza y con una textura más natural.

¡Cuidado! No lo mezcles con vinagre
En redes sociales abundan los trucos caseros que combinan vinagre y bicarbonato como si fueran la solución mágica para todo. Pero al mezclarlos, estos dos ingredientes reaccionan entre sí y pierden gran parte de su capacidad limpiadora.
Si prefieres usar vinagre, hazlo por separado, primero mezcla una parte de vinagre por cada cuatro partes de agua. Pero si te decantas por el bicarbonato, simplemente úsalo con agua y tiempo. No necesitas más.
Así que la próxima vez que vayas a lavar una fruta o verduras, recuerda que el agua no siempre basta, pero el bicarbonato puede marcar la diferencia. Es fácil, económico y, lo más importante, eficaz.
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