LA ALIMENTACIÓN AYUDA
Qué comer cuando tienes alergias otoñales
Llega el otoño y, como sucede en primavera, con él los estornudos, el lagrimeo y demás efectos de las terribles alergias, que dejan en fuera de juego al que las padece. ¿Nos va a ayudar la alimentación o sólo vamos a curarnos con un chute de antihistamínicos? Pues tal vez no vaya a ser el remedio definitivo, pero nos va a ayudar a sobrellevar los síntomas.
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Hay numerosos síntomas que nos van a poner en alerta de que la alergia otoñal ha venido para quedarse. Estornudos, lagrimeo, picor e hinchazón de la nariz, cansancio, apatía, dolor de huesos... suelen ser síntomas claros de alergia que a menudo confundimos con los de un resfriado. Las alergias más comunes suelen ser al polen, en primavera, y en otoño al moho o a los ácaros del polvo. Los ácaros prosperan en climas cálidos, de manera que tras los meses de verano pueden quedar atrapados no sólo en los filtros del aire, sino en ropa o zapatos, cajas o material que no hayamos estado utilizando durante el verano y que, al recuperarlos en invierno, nos traen una señora alergia.
¿Puede la alimentación mejorar los síntomas? Pues nos tememos que no suele haber una solución milagrosa a estos ataques de alergia, pero sí que podemos paliar los síntomas si seguimos algunas pautas alimentarias.
Ajo por un tubo. Este alimento milagroso lleva alicina, un potente antiinflamario que ayuda a combatir el asma, favorece la circulación y tiene una potente acción bactericida. No hará que la alergia desaparezca, pero mejorará notablemente el estado de nuestro aparato respiratorio cuando aparezcan los terribles síntomas. Si no te gusta el ajo, siempre puedes tomarlo en cápsulas.
Apuesta por la vitamina C. Acostumbrarse a comer kiwis con regularidad nos va a hacer un favor aunque no padezcamos alergia. Es un alimento hipocalórico y diurético, que contiene grandes cantidades de vitamina C, la cual previene la inflamación. Naranjas, limones, pomelos, tomates y otros alimentos ricos en vitamina C nos van a ayudar a paliar los síntomas de la alergia.
Plantas para la congestión nasal. Y es que somos muchos los que preferimos soportar estoicamente estornudos y demás efectos de la alergia que enfrentarnos a los efectos secundarios de los antihistamínicos, que provocan una somnolencia exagerada y llegan a ser incluso un impedimento para llevar a cabo las tareas del día a día. Los clásicos vapores de tomillo y otras plantas medicinales pueden irnos bien para aliviar la congestión nasal, especialmente antes de irnos a dormir.
Cuidado con las margarinas vegetales. Un estudio elaborado en 2003 por un grupo de científicos italianos concluía que los niños que consumían muchas frutas y verduras sufrían menos alergias que los que presentaban un consumo moderado. Del mismo modo, el estudio aseguraba que el consumo de grandes cantidades de margarina vegetal incrementaba el riesgo de padecer alergias, lo mismo que el aceite de girasol, que se recomendaba sustituir por el de oliva.
Nada de lácteos. Pese a que la persona no sea intolerante a la lactosa, en época de alergias es importante reducir el consumo de productos lácteos, salvo el yogur, si no eliminarlos por completo. Estimulan la producción de moco y contienen grandes cantidades de araquidónico, cuya función en el organismo es producir sustancias con actividad inflamatoria.
Ni miel ni jalea real. Los alérgicos al polen deben evitar todos los productos que lleven polen en su composición, como son la miel o la jalea real.
Incrementa el consumo de magnesio. Se halla en numerosos alimentos, especialmente en los frutos secos. Es un oligoelemento capaz de relajar la musculatura branquial lisa, de manera que va a aliviar las manifestaciones alérgicas. Aguacates, verdura de hoja verde, cereales integrales, pescados plátanos y chocolate negro son otras fuentes de magnesio.
Asegúrate de que tienes alergia. Si es preciso, hazte las pruebas pertinentes. Tal vez estés ante un resfriado mal curado o tengas alergia a algún alimento que no estás eliminando de tu dieta, en lugar de padecer una alergia puramente ambiental. Si la cosa persiste, consulta con tu médico y asegúrate de que te estás tratando de la manera correcta.
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