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DÍA MUNDIAL DE LA LECHE

¿La leche entera es muy calórica?¿Es más beneficiosa la desnatada? Todo lo que no sabías de los distintos tipos

Entera, desnatada, semi, sin lactosa, bebidas vegetales… Analizamos algunos de los tipos de leches más comunes del mercado para que te resulte más fácil elegir la mejor opción para ti.

Vasos de leche

Vasos de lecheiStock

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La leche es un alimento muy polémico que suele despertar opiniones muy polarizadas, tanto a favor como en contra.

Lo cierto es que la leche no es un alimento imprescindible. Lo que es imprescindible es el calcio, que se puede obtener de la leche o bien de otras fuentes diferentes a la leche. Pero el hecho de que no sea necesaria, no la convierte en un veneno, siempre y cuando no tengamos alguna condición de salud que contraindique su consumo.

Es un alimento opcional que puede formar parte de una alimentación saludable si nos gusta y si nos apetece consumirla.

Lo mismo ocurre con las bebidas vegetales. No son alimentos imprescindibles, ni siquiera cuando no se consume leche, pero si las elegimos bien, pueden ser una opción más dentro de una alimentación saludable.

Ninguna de las dos opciones debería ser utilizada como bebida para saciar la sed en lugar del agua, sino como un alimento más.

Diferencias entre los tipos de leche

Hay muchas variedades, pero las más comunes y que vamos a analizar son: la leche entera, la desnatada, la sin lactosa y las bebidas vegetales.

Leche entera

La grasa de la leche ha sido durante muchos años objeto de debate. En la era en la que las grasas estaban mal vistas y todos los ácidos grasos saturados eran considerados malos, proliferaron las leches desnatadas.

Sin embargo, la leche entera tiene un 3,5% de grasa, cantidad similar a la grasa que tiene el pollo y mucha menos grasa de la que tiene el queso fresco de burgos (15%). Es decir, que la leche entera no es un alimento rico en grasa.

Por otro lado, los alimentos son mucho más que la suma de sus partes y contienen matrices complejas de nutrientes, minerales, bioactivos, estructuras alimentarias y otros factores (por ejemplo fosfolípidos, prebióticos, probióticos) con complejos efectos sobre la salud y la enfermedad.

La evidencia científica actual sugiere que los productos lácteos enteros no causan aumento de peso y que la grasa láctea puede proteger frente la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico, entre otros beneficios. En la actualidad, no hay evidencias científicas sólidas que justifiquen la recomendación de consumir leche desnatada frente a la entera.

Leche desnatada

A diferencia de la leche entera, contiene menos de 0,5 % de grasa. Las leches desnatadas suelen venir enriquecidas con las vitaminas que se han perdido durante el proceso de desgrasado, como la vitamina D.

La comunidad científica está viendo que las personas que llevan más de 20 años consumiendo lácteos desnatados no presentan un perfil de biomarcadores del riesgo de enfermedad cardiovascular más favorable en comparación con las personas que consumen productos lácteos enteros, incluido en personas con sobrepeso.

Leche sin lactosa

Esta leche tiene el mismo contenido graso que sus homólogos, pero muchas personas creen que tiene un menor contenido en azúcares, debido a que la lactosa es un azúcar naturalmente presente en la leche.

Sin embargo, esto no es cierto, ya que las leches sin lactosa, en realidad no son leches que no llevan lactosa, sino que llevan la lactosa predigerida debido a que en lugar de retirarle la lactosa, le han añadido lactasa, que es la enzima que se encarga de digerir la lactosa. De este modo, las personas con intolerancia a la lactosa la puedan absorber para que no se produzcan molestias intestinales.

No presenta ninguna ventaja para personas que no tienen intolerancia a la lactosa.

Bebidas vegetales

No son necesariamente un sustituto de la leche y podemos convivir con ambas opciones de forma simultánea, con una sola o sin ninguna.

Dentro de este grupo de alimentos hay mucha diversidad. Las hay enriquecidas con minerales como el calcio y vitaminas como la D o la B12 en cantidades similares a la leche o sin vitaminas y minerales añadidos. Por otro lado, hay bebidas con azúcares añadidos o sin ellos.

Con la salvedad de las bebidas de arroz, que no son recomendables en menores de 5 años por su contenido en arsénico, la bebida vegetal de elección es aquella que nos gusta de sabor, que no lleva azúcares añadidos y que en el caso de que se vaya a utilizar como fuente principal de calcio, que sea enriquecida al menos con calcio y vitamina D.

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